Veinte

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Con aburrimiento mi miro la hora en mi teléfono, un bostezo involuntario sale de mi boca.

01:32

Los números me hacen cerrar un poco los ojos.

— ¿Theo? ¿Aún estas despierto? —pregunto dejando el helado y el chocolate en el piso.

Tal vez dejar a Theo por más de tres horas en el armario no fue buena idea.

Abro lentamente la puerta del armario y Theo cae sobre mí, ahogo un grito y lo empiezo a mover.

—Déjame dormir —se queja y me abraza colocando su cabeza en mi pecho.

Gruño, si grito a la una de la madrugada mamá y papá lo verán aquí.

Lo empujo y cae a mi lado, pienso en dejarlo durmiendo allí, en el piso.

Pero no puedo ser tan mala con él, después de todo, él me trajo helado, y pizza, y chocolate, y unas malas disculpas, pero disculpas al fin y al cabo.

Con la poca fuerza que tengo tiro de su brazo hasta tenerlo sobre la cama, él rápidamente se gira y sigue dormido.

Gruño.

—Me las pagaras Theo.

Me recuesto en mi lado de la cama, lo más apegada a la orilla posible, y en un dos por tres me quedo dormida.

(...)

— ¡Keila! —salto y me encuentro a Theo dormido sobre mi pecho.

¿En qué momento él me abrazó?

— ¿Si, mami? —pregunto rogando para que no abra la puerta.

—Apúrate, llegarás tarde a clases.

Empujo a Theo y éste rueda por la cama hasta caer de cara al piso de mi habitación.

— ¡Voy! —grito parándome.

De repente siento como le doy un hermoso beso al piso, gruñendo me quito la sabana enredada de mis pies y me levanto.

— ¿Sabes? Tu piso es muy duro —murmura Theo de espaldas a mí.

—Ni me lo digas —busco ropa en mi armario—. Debo comprar una alfombra.

— ¿Cómo llegue a tu cama? —habla mirándome aun somnoliento.

—Yo quiera saber cómo llegaste a dormir sobre mí —me mira sorprendido—.  Abrazándome —alzo una ceja.

— ¿Camino dormido? Sí, eso —ríe.

—Ayer te dormiste en mi armario —le recuerdo.

—Me dejaste allí por mucho tiempo —se queja.

—Sí, mamá suele quedarse mucho tiempo en mi habitación —hablo segura.

—No recuerdo mucho de lo que paso ayer —se toma la cabeza—. Y me duele mucho la cabeza.

—Puede que te hayas golpeado la cabeza cuando te llevaba a la cama —sonrío con inocencia—. Pero te juro que fue un accidente —me excuso rápidamente.

—Ya, un accidente.

—Sí, lo juro, en ningún momento te he querido matar ni nada de eso —río nerviosa.

—Y ayer, ¿tú me perdonaste?

—Nunca me lo explicaste bien —miro la hora y veo que aún tengo media hora.

— ¿Puedo explicarte ahora?

Lo medito un par de segundos, no me gusta estar así con él.

—Bien, tiene cinco minutos.

Me siento en la cama y Theo me mira sonriente.

—Ese día, el de la cita —asiento—. Mamá me llamó diciendo que era urgente mi presencia en la casa, no sabía que pasaba y me fui, pensé "Voy a la casa y a la hora de salida espero a Keila" cuando llegue mis padres tenían todo en maletas y cajas.

— ¿Te obligaron? —lo corto.

—No, no lo hicieron, escucha —asiento nuevamente sonrojada—. Llegue y el director de la serie había llamado, al día siguiente comenzábamos a grabar y si me presentaba, Luka también podría participar, estar en la serie, mamá acepto y yo tuve que hacerlo —suspira—. Luka llego después y pensé que él tendría el número de Leyna, nos quitaron las redes sociales por las grabaciones e hicimos un trato con mamá, si grabábamos todo sin reclamar, volveríamos.

Escuché todo atentamente sin interrumpir y me sentí realmente mal, o sea, él intentó contactarme pero no pudo.

—Lo siento —hablo en un susurro.

— ¿Por qué? —cuestiona confundido.

—Por no darte mi número, eso fue mi culpa —río quitando lo tenso a la situación.

—Fue mía, al no pedirte tu numero —sonríe al ver que no toco el otro tema.

De repente siento un ruido fuera, frunzo el ceño.

—Espera.

Me levanto con sigilo y pego mi oreja a la puerta para escuchar.

—Leyna no hables —esa es Blaz y su intento de susurro.

—Silencio, ella escuchará.

¿Esa es mamá?

Miro a Theo y este me mira alarmado, se levanta y yo le digo que vuelva a sentarse, él confundido me hace caso.

Tomo el pomo de la puerta y tiro de ella.

Cae primero Blaz, luego Leyna, y por último mamá a mis pies.

Abby y papá se encuentras parados más atrás.

—Les dije que no se afirmaran en la puerta —las regaña Abby—. Hola Keila, hola Theo.

Miro mal a mi familia.

— ¿Qué hacen aquí? —cuestiono.

— ¿Qué hace él aquí? —me ataca papá.

Touché

— ¿Él? —miro nerviosa a Theo.

—Papá, no seas tonto, tu sabias que él estaba aquí —Leyna habla adolorida por la caida—. Tú nos fuiste a buscar para escuchar.

Miro con reproche a papá.

—No lo puedo creer —me hago la dolida—. No lo esperé de ti.

—Debo preguntar algo —mamá se levanta.

Theo se acerca y se coloca a mi lado.

—Hola —saluda nervioso.

—Ustedes dos —nos señala mamá—. ¿Están bien?

Ambos asentimos.

—Qué bueno —suspira Leyna.

—Otra pregunta, ¿No seré abuela, verdad? —miro con la boca abierta a mi mamá.

¿Ella está insinuando que nosotros hicimos eso?

¿Será muy tarde para cambiar a mi familia?











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¿Tienen alguna idea? ¡Déjala aquí!

Algo como grupo de WhatsApp, capítulo especial de algo, narración especial. No lo sé, ustedes coloquen todas las locas ideas y yo veré cual hago, ¿les parece?

Las amo, nos vemos♥

Fangirl: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora