Treinta y cuatro

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— ¡Theo, Luka, volví!

Al escuchar la voz de la que supongo es la madre de Theo rápidamente limpio mi cara y él hace lo mismo.

Suspiro y me tranquilizo.

Calma Keila, haremos como que nada pasó. Y si se enfada lo mandaremos con Kelly.

Asiento a mis pensamientos.

—Será mejor que bajemos.

Ante la sorpresiva reconmendacion de Theo salto y río intentando sacar un poco de tensión.

—Sí, mejor —camino hasta estar frente a él.

Miro sus ojos, ¿Cómo me olvido del chico que me gusta?

Alzo la mano y pasándola por su mejilla borro toda señal de lágrimas, sonrío y hago que él me imite.

—Lo siento —en sus ojos veo sinceridad y no sé qué hacer.

Mi pecho se comprime y nuevamente siento mis ojos picar.

Muchas dirás que nos conocemos muy poco, solo nos hemos dado unos besos, pero él me gustó desde que lo vi en la serie, al conocerlo en persona ese gusto solo se agrandó y ahora no lo puedo detener.

Aunque, ¿en realidad quiero detener lo que siento por él?

— ¿Por qué lo sientes? —esa pregunta ronda mi mente desde hace varios minutos.

¿Siente haberme enamorado para ahora dejarme? O ¿Siente haberme lastimado?

Nunca fuimos nada, solo dos conocidos que tenían secretos en común y se besaban.

Tal vez amigos, y Luka es mi cuñado.

Recordé lo que mamá me dijo cuando cumplí los catorce, "Enamórate, es lo más bonito que podrás vivir".

¿Realmente valía la pena enamorarse sabiendo que en algún momento de ese enamoramiento uno de los dos sufriría?

—Siento haber creado algo que no podría controlar —toma mi mano y la coloca en su pecho—. ¿Sientes eso? Mi corazón late por ti.

—No idiota, tu corazón late porque estás vivo —murmuré sintiéndome peor.

—Tal vez sí, pero justo ahora late mucho más rápido solo por ti —ríe.

Me sonrojo al darme cuenta que él intentaba decirme algo romántico y yo lo había arruinado.

Lo siento gente, no sirvo para esta cosa llamada amor.

—Debemos ir, tu mamá está abajo.

Con eso doy por terminada la conversación.

¿Cuánto queda para terminar el año? ¿Dos meses?

Y ahí es cuando necesito decidir.

Debo dejarlo ir y ser feliz al verlo cumplir su sueño lejos de mí, o ser egoísta y encerrarlo solo para mí.

El tira de mi brazo y mira mis ojos intentado descifrar que pienso pero sonrío aparentando estar bien.

Está decidido, debo dejar que cumpla su sueño, aunque eso signifique dejarlo ir y que sea feliz con alguien más.

Se acerca y se lo que quiere, y no le niego un beso.

Estoy dispuesta a perderme junto a él, en sus labios, en esta bonita historia sin final. En algo que construimos para ser feliz solo por un momento.

Nunca nadie dijo cuanto duraría la felicidad, a veces dura solo un momento.

Luego la felicidad se va, nunca sabrás cuando regresará.

Al llegar a sus labios me entrego a él, y no soy consciente de nada más, enamorarse es una cosa jodidamente perfecta.

— ¡Theo! —me separó ante el grito de su mamá.

Ambos miramos a la puerta y me sonrojo.

Ella me mira como si fuera una extraterrestre y quiero decirle en la cara:

"Hola, ¿nunca vio a una chica con cabello morado?"

— ¿Qué pasa mamá? ¿Nunca viste a una chica con cabello morado?

¡Theo es el puto amo!

—N-no, no es e-eso —ella se coloca nerviosa, quiero reír pero debo ser una señorita frente a ella—. ¿Qué hacen en el cuarto solos?

—Solo hablábamos —Theo me mira.

—Hola, soy Keila, un gusto —sonrío amable y extiendo mi mano para saludarla.

—Hola Keila —mi nombre lo dice con desprecio mientras me mira de arriba abajo—. ¿Tu mamá no te enseño a ser una señorita?

Frunzo el ceño ante eso, ¿fue un insulto? Sé que no soy la más femenina del mundo, pero vamos, lo intento y eso es algo bueno.

— ¿Por-por qué lo dice? —quiero golpearme al tartamudear.

¿Se nota lo nerviosa que estoy?

No todos los días conoces a la madre del chico que te gusta, aunque ya la había conocido, pero da lo mismo.

—Se nota que te falta enseñanza, una señorita jamás se encerraría en una habitación con un chico.

—Mamá, para —habla Theo.

— ¿A qué se refiere? —apretó mis manos en un puño.

Mierda, me estoy enfadando.

—Luego se quejan si quedan embarazadas —ríe sarcásticamente y exploto.

Señorita y una mierda.

—Que usted sea alguien que no se da a respetar y queda embarazada de cualquiera —suspiro, no quiero cagarla con Theo—. Eso no quiere decir que yo seré igual que usted.

Ella ahoga una exclamación y mira perpleja a Theo.

Tomo mi bolso.

—Theo, has algo —chilla al ver mis intenciones.

—Buenas tardes —girando salgo por la puerta de la habitación y trotando salgo de esa casa.

Nota mental: No volver nunca más a casa de Theo.











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Capítulo dedicado a @Perfectsmile_ otra ganadora del concurso del grupo de WhatsApp.

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Fangirl: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora