Siete

3K 380 63
                                    

Día lunes, el fin de semana es cada vez más corto, tomando mi bolso bajo dando saltos a la cocina.

—Keila, mamá y papá tiene un regalo para ti —habla rápidamente Abby, Leyna golpea su brazo mirándola enfadada y luego me sonríe.

—Abby, sabes que está mal mentir —murmuro girándome para dejar mi bolso en el piso al lado de la puerta.

— ¡Sorpresa! —sobresaltada giro mirando el paquete que mis padre me tienden con una sonrisa.

— ¿Qué hacen? —río.

¿Tal vez olvide mi cumpleaños? ¿Cómo es eso posible?

—Sorpresa —vuelven a hablar a dúo insistiendo.

— ¿Es mi cumpleaños? —pregunto dudando.

—No, Keila, no es tu cumpleaños —aguantando la risa Blaz mientras me mira.

— ¿San Valentín? —vuelvo a dudar y todos me miran enojados—. Claro, ya sé ¡Es navidad!

— ¡No, Keila! —grita Leyna a mi lado.

—No me grites maldita traidora —la miro enojada,

Aún no supero que se haya burlado de mí junto a mi supuesto ídolo y su hermano.

—No maldigas, Keila —me regaña papá.

—Lo siento papi —sonrío disculpándome.

—No celebramos nada —mamá habla lentamente—. Solo es un regalo que te mereces.

Asiento tomando el paquete y sentándome, mamá va por mi desayuno.

Mientras hago pedazo el papel mamá deja mi plato junto a papá, tiro el papel al lado y veo un hermoso teléfono en mis manos, ahogo el grito en mi garganta.

—Lo botaré —anuncia papá parándose.

—Cuidado el plato —habla Blaz.

—Maldita sea —murmura papá, lentamente miro y veo mi desayuno en el piso.

—Mi desayuno papá —murmuro—. ¡Qué comeré ahora! —dramatizo.

—Seguro tu mamá tiene más.

Me giro esperanzada hacia mamá, mi estómago hace un sonido raro y sonrío en disculpa.

—Lo siento hija, pero eso era lo último.

—Mi amor, perdón, te daré dinero —habla papá pasándome plata.

— ¡Yo también quiero! —chilla Leyna.

—Yo igual, vi una revista de mis cuatro idiotas que quiero comprar —murmura Blaz con ojos soñadores.

—Leyna tú ya desayunaste, Blaz para eso trabajas, no te daré nada —sentencia papá haciendo que Abby ría.

—Bien, ¿no vamos? —murmuro caminado y tomando el puesto de adelante, junto a papá.

El camino al instituto es como cualquier día, lleno de gritos por escoger la canción y burlas cuando papá coloca una canción a su gusto.

—Llegamos.

—Nos vemos —hablo abriendo la puerta, Leyna ya bajó y me espera junto a mi puerta.

—Keila, ¿no debo preocuparme por el tema ese de las fangirl verdad? —miro mis pies y luego miro sus ojos.

—No papá, fijarme en un famosos fue una idiotez, volveré a ser la Keila de siempre —prometo.

Dando por cerrado el tema, bajo y me encamino a la entrada.

— ¡¿Te refieres a la torpe Keila?! —el grito de Blaz me hace girar para observarla con burla.

— ¡Yo no pido dinero para comprar cosas de mis ídolos! —me burlo.

— ¡Idiota, tú no tienes ídolo! —Abby grita desde la ventana del auto.

—Touché

Miro mal a Leyna y ella corre a juntarse con sus amigas, miro hacia los lados y veo que nadie habla conmigo, maldigo por no tener una amiga con mis gustos.

¿Por qué todas tienen que ser unas fangirls? ¿No hay adolescentes normales en mi instituto?

Frunciendo el ceño giro para estrellarme con un pecho duro que antes no estaba allí, el impacto es tal que termino sentada en el piso, adolorida y furiosa al ver a todos los chicos del instituto reír por mi caída miro al protagonista de mi caída.

— ¿Tienes una buena vista desde ahí? —pregunta el estúpido desde arriba.

—He tenido mejores —murmuro intentando pararme.

—Bueno, yo tengo una muy buena vista desde aquí —sonríe estirando la mano para ayudarme a ponerme de pie, ignorándola me levanto sola.

— ¿Qué quieres? ¿Por qué me hablas? —espeto enojada, chocando su hombro cuando paso por su lado.

—Keila, lo siento, nunca quise que fueras el centro de atención.

— ¿Nunca quisiste eso? ¿Entonces por qué no me dijiste que estaba manchada?

—Por qué yo quería limpiarte —murmura con la cabeza gacha.

—No me interesan tus escusas baratas Theo, debo ir a clases.




¿Comentas?

¡Un pequeño regalito por que llegamos a las 500 lecturas! ¡Gracias!

Capítulo dedicado a 

Fangirl: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora