CORREGIDO
<<En el año de 1291, el sultán de Egipto tomó los últimos reductos cristianos en Tierra Santa. En esta ofensiva murieron muchos templarios, entre ellos su máxima autoridad, el Maestre general, pero lo peor para los Pobres Caballeros de Cristo fue abandonar el frente, la primera línea de lucha contra los musulmanes...>> NOTA DE AUTORA: FRAGMENTO DEL LIBRO EL ANILLO: LA HERENCIA DEL ULTIMO TEMPLARIO DE JORGE MOLLIST
Levanté de nuevo la cabeza, de ver los historiales médicos, mirando hacia el patio trasero, donde Dulce María continuaba leyéndole a mi abuela. Sin poder evitar interesarme más, por la magnífica historia que estaba contando, y su dulce voz, que por los pacientes que yo organizaba, para pasarle al día siguiente a Miranda.
Pasadas dos semanas desde que estábamos usando la casa de mis padres, yo estaba teniendo mi primer día libre, luego de pasar toda la noche en urgencias. Y el quinto, desde que mi abuela y su enfermera comenzaran a leer todas las tardes en el jardín.
No sabía cómo hacían, pero tenían todo un itinerario listo. En las mañanas antes de que yo entrara a trabajar, Dulce María y yo salíamos a trotar una hora, bajando hasta el parque principal y luego subiendo a la unidad otra vez. El plan resultó cuando un día que yo pensaba salir, la encontré ya despierta preparándose un café, y preguntándome si podía acompañarme. No me pude negar. Se sentía bien estar con ella, y no parecía con mal ritmo para trotar. Había días en los que conseguía adelantarme por los pelos y ella quedaba muy fresca, cuando yo podía estar asfixiándome. Después del ejercicio, yo me iba al trabajo y ella y mi abuela se quedaban desayunando. Entraban más tarde a la piscina, para dos horas de hidroterapia, y tomaban el almuerzo. Dulce María tomaba el reposo de mi abuela para adelantar sus lecturas individuales y luego se sentaban a ver la tarde en el jardín trasero, o delantero, y leer otro poco más.
Me las tenía muy vigiladas de hecho.
La enfermera de mi abuela, se veía mucho más tranquila luciendo su ropa de calle en lugar de su traje. Y para mí, se veía más bonita así. Desde que la veía todos los días era más consciente de su belleza y de su presencia en cada parte de la casa. De cómo se sentaba a veces en su cuarto o en la sala, a leer un rato, concentrada en cada oración. En su voz suave entablando conversación con Bárbara o haciendo reír a mi abuela. No sabía de qué forma, pero hasta Meredith había pasado a último plano. A pesar de que charlábamos todas las noches cuando estaba por irme a dormir. Me fijaba más en los movimientos de la joven enfermera por toda la casa, o dándole las buenas noches a mi abuela, que en la conversación de mi prometida y como salía a comprar no sé qué marca de zapatos con sus amigas, o con quien había tomado su papi una copa.
—Joven Douglas, su café—di un brinco en el asiento del comedor, cuando Bárbara se acercó con la taza para ponerla en la mesa.
Estaba de nuevo en las nubes, escuchando la lectura y contemplando a Dulce María pasar las hojas y mover los ojos por los renglones. A veces incluso solía detener la lectura para mirar a mi abuela y discutir algo importante o increíble en el libro.
—Gracias, Bárbara—le sonreí, tomando la taza, dándole un sorbo y volviendo la vista a los apuntes.
Debía centrarme, dejar de pensar en ella y tratarla como lo que era... La enfermera de mi abuela, mi empleada y nada más. Por más que deseara seguir estudiándola, estos pacientes requerían atención.
—Dificultad respiratoria, cansancio y rigidez en el pecho. El medico concluye que es asma—anoté en la hoja—enviar radiografía de tórax—
Recordaba perfectamente a Sofi, la pequeña de diez años que había visto ayer en urgencias, donde sus padres la habían llevado por un posible ataque. La pequeña parecía tener asma, pero eran necesarias las pruebas para comprobar. Por lo que llamaría a sus padres y les pediría contactarse con mi secretaria para reclamar las órdenes médicas y que se le mandaran los exámenes.
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CON EL CORAZÓN
Novela JuvenilUna joven enfermera, un oscuro pasado y el comienzo de un nuevo amor. Dulce María ha sido toda su vida una enfermera, no con título, se ha desempeñado en un centro para ancianos, junto a sus padres. Ahora con 23 años, tiene tantos conocimientos...