Parte 32

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~*~

Hacía un par de horas que había despertado y continuaba llamando el nombre de su ausente acompañante, sin recibir respuesta alguna.

- ¡Miiiin! – gritaba por enésima vez, pero nada.

Así que era hora de despertar, dejar de creer que Minho haría una aparición de repente vistiendo sólo una tanga y haciendo un baile caliente a pedido personal, pero no. Debía hacerse a la idea de que se fue en algún momento de la amanecida.

Se sienta y ni bien lo hace escucha la alarma de su celular. Se levanta a coger el celular. Revisa el motivo por el programó la alarma y suspira pesadamente.

Era el cumpleaños de su hermano mayor. Un año más lejos de él. Un año más sin saber casi nada de él. Lo extrañaba demasiado y él no lo sabía.

Y como cada año siempre sentía que quería ir a casa, siempre quería verlo y pasar el día con él, aunque a estas alturas, seguramente ya ni se recordaría que de niños solían pasar juntos todo el día, de travesura en travesura, mimados por su madre que los llenaba de dulces y queques hasta más no poder.

Sabía también que sería otro año en el que todos sus planes se quedarían en intensiones y nada más, porque siempre compraba regalos, solía incluso pasar por su puerta, pero sólo eso, para luego caminar un poco y dejar el regalo en una banca de un parque cercano.

Lo peor era que por primera vez no tenía con quién ir de compras, porque Key estaba de viaje y no quería llamarle porque sabía que sería puteado por largas horas. Y ese día quería un poco más de cariño.

Minho.

Coge su celular y busca su número. Empieza a escuchar los bip's de la llamada y se siente extraño por la larga espera, se siente extraño porque la molestia en la boca del estómago volvía y ni si quiera había desayunado.

- Hola – su voz ronca y tan grave le hace dar un sobresalto extraño. Qué sexi. Pensó antes de volver a la realidad, aunque su mente inmediatamente se lo imaginó semidesnudo, dormido sobre una cama con las sabanas revueltas. ¡Oh no! Eso sí que hizo revolver su estómago a otro nivel. ¡Taemin cállate! Se gritó a sí mismo, para dejar de alucinarle tanto y con poca ropa.

- ¡Miiiiiiin! – le habla alegre, aunque no sabía todavía si aceptaría salir o no, pero se sentía contento.

¿Y esa extraña pelea que tuvieron el día anterior, esas estupideces que hizo por haberlo visto besarse haciéndole estallar en rabia?

Estaban en el completo olvido.

¡Y esa perra! Averiguaría su nombre y lo escribiría en un Death Note. A ella no la olvidaría por nada, porque estaba metiéndose con quién no debía.

- Taeminnie – sonrió un poco más al escuchar su nombre con ese acompañamiento que pocos utilizaban. Y que le hacía sentirse pequeño.

- ¡Oye! ¡No soy un niño! – se queja divertido.

- Taeminniiiiiiie – ronroneó Minho al otro lado de la línea y Taemin reía divertido.

- ¡Oye!

- Dígame señor Lee Taemin – le gustaba tanto que de repente tuvieran juegos de ese tipo, molestándose y riendo sin motivo aparente - Minniiiie

- No soy tan viejo – se queja haciendo un puchero, que desaparece al escuchar a Minho reír del otro lado – y tampoco soy la novia de Mickey Mouse... - una tonta broma que hace que Minho estalle en risas al otro lado – ¡oye no te rías! – se queja al escucharle reír tanto.

Renuncio a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora