Parte 43

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~*~

El primer día estaba tan cansado, no había hecho nada más que sacar algunas prendas de una de sus maletas y se sentía desmayar.

Sin cenar y apenas manteniéndose en pie, pasó a lanzarse sobre la cama y quedarse dormido allí mismo.

Pero al día siguiente despertó y estaba con pijama, metido bajo las mantas, porque de repente había caído lluvia y la temperatura había bajado, claro él no se había enterado, pero alguien cuidó de él.

Jinon.

Pensó mordiéndose el labio inferior, sintiéndose realmente feliz de poder recibir su cariño, uno real, ese que tanto había idealizado en sus largas noches de insomnio durante tantos años.

Se sobresalta cuando lo ve entrar por la puerta sujetando una bandeja, con lo que suponía sería su desayuno.

- Buenos días.

- Hola amor – responde todo meloso, con el corazón rebosando de alegría.

- Te preparé el desayuno – lo ve acercarse y se acomoda para recibir sus atenciones – aunque no se cocinar nada, pero te preparé un café y un emparedado de mantequilla de maní.

- Gracias, es maravilloso.

Sujeta la taza de café y antes de beberlo aspira profundo para sentir el aroma del café, pero cuando quiere sentir el placer que siempre sentía al percibir su aroma, siente un horrible malestar seguido de unas ganas horribles de vomitar.

Deja la taza sobre la mesita de noche y corre a toda velocidad al baño.

- ¿Qué pasó? – preguntaba Jinon desde la habitación, acercándose a su preparación para comprobar si estaba realmente horrible.

- Lo siento... - Taemin apenas y puede disculparse porque las ganas de vomitar volvían por el olor del ambientador del cuarto de baño.

- ¿Estás bien? – pregunta Jinon entrando y sujetándole el cabello que le había crecido un poco en ese mes.

- Sí, pero debemos deshacernos de ese ambientador o vomitaré mi estómago y todas mis entrañas – se miran y Jinon ríe un poco.

- Me desharé ahora mismo de él.

- Gracias.

Lo ve quitar el ambientador que tenía forma de flor y tirarla a la basura, para después mirarle como si le hubiera salvado de sus malhechores, como si le hubiera salvado la vida.

Pero su recompensa, en la que ambos piensan, desparece de sus mentes cuando las náuseas vuelven y Taemin termina devolviendo hasta el desayuno del día anterior.

Ambos luchan por sobrellevar esas primeras extrañas horas del día, en las que Taemin se negaba visitar un médico, intentando soportar por sí mismo esas ganas de vómitos que aparecían en cualquier momento, sobre todo cuando sentía fuertes aromas.

- Amor tengo hambre – se queja sobándose la pancita, siendo lo más tierno posible para lograr lo que quería. Aunque debía admitir que estaba demasiado tenso porque no sabía cómo agradarle o si estaba siendo demasiado cargoso, no lo sabía y se sentía incómodo.

Después de dos horribles días de no querer nada, al fin había probado bocado, un delicioso chapche que Jinon le compró y que cayó como anillo al dedo.

- Ok, iré a comprarlo – lo ve ponerse la chaqueta y Taemin tiene una grandiosa idea.

- Vamos juntos – propone levantándose y buscando algo que vestir rápidamente.

Renuncio a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora