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"... desperdiciaste la noche preciosura...."
Leía una vez más aquel mensaje que le había llegado justo después de que entró a casa. Ese mensaje que era la prueba de que encontró celos en ese par de ojos que miraban fulminando a su nuevo guardaespaldas.
Si eran celos.
No podría ser otra cosa más que tratarse de celos. Aquel brillo extraño que había visto en sus ojos esa misma tarde, cuando su jefa dijo que Minho sería su nuevo guardaespaldas y para comprobarlo le había dicho fuerte y claro que su vida estaba en sus manos, lo hizo porque Jinon estaba cerca y atento a lo que ocurría. Tal cual lo pensó, todo había derivado en más celos, algo que jamás antes había visto en él, por eso incluso le pareció extraño que en medio de la fiesta le fuera a proponer la idea del trio, que con gusto lo habría hecho, pero quería explotar un poco más esos celos que eran algo nuevo en medio de ese juego donde nadie le pertenecía a nadie y menos tenía derecho a reclamar absolutamente nada. Sin embargo a Jinon parecía importarle y aprovecharía la situación al máximo.
El reloj ya marcaba la hora exacta en la que vería llegar a sus guardaespaldas, un momento que en realidad se absorbía toda su atención, porque podría verlo ahí y poner en marcha su plan para arrancarle celos a Jinon y para lograr aquello que tanto deseaba, que aunque fuera una quimera, aun así deseaba que le pidiera que salieran formalmente como novios.
Tal cual ese instante, solía perderse en sus pensamientos, solía alucinar con que algún día Jinon le pediría que salieran y sobre todo que le dijera que se había enamorado él también.
Desde hacía un par de años que no le importaba nada, que no le importaba lo que el mundo dijera de él, que nada más podía importar que conseguir que Jinon también se enamore de él, tanto como él lo estaba desde que tenía menos de trece años. Tanto tiempo que había decidido hacer todo eso sólo para demostrarle a aquel que le había negado su amor hace bastante tiempo, que estaba equivocado, que también podía enamorarse, justo cómo lo hizo él.
De repente vuelve de su ensimismamiento y se ve siendo zarandeado por los hombros por la estilista, que no solo era estilista, sino que también diseñadora y hasta maquillista, una multitareas como decía Key mientras la entrenaba.
- ¡¡¡Creo que está en coma!!! – exageraba ella mientras Taemin se soltaba molesto por esa tonta exclamación que llamó la atención de todos los presentes.
- ¡Oye! ¡Basta! – se volvía a acomodar la ropa mientras ella continuaba con ganas de molestarle.
- ¡Omo! No estás en coma, pero al menos sécate la baba... - ok! Eso era demasiado directo y lo dijo muy fuerte para su gusto, sin embargo se giró hacía donde tenía la vista clavada y era donde los guardaespaldas estaban mirando todo sin sonreír, pero no necesitaban hacerlo, se les notaba en la cara que querían partirse de la risa en su cara... - o se darán cuenta de que estabas idiota...
- ¡Eres una confianzuda! – chilló bajito mientras se giraba e intentaba concentrarse en su reflejo en el espejo para dejar de pensar en el ridículo que había estado haciendo mientras se perdía en sus pensamientos.
- Somos amigos no lo olvides, ni porque esos tres galanes estén ahí parados...
- ¡Aish! ¡Me quejare a Key! ¡Bruja! – hacia un puchero mientras ella se reía a su costa.
- Pero cariño si él me encargó que no murieras con cara de idiota, mejor con algo de dignidad ¿no crees?
- ¡Oye! ¡Cállate!

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Renuncio a Ti
Fanfiction~*~ Lo que soy para ti, no es real. Lo que soy para ti, no lo necesitas. Lo que soy para ti, no es lo que significas para mí ~*~ 2MIN