Parte 13

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~*~

Por alguna razón Taemin creía que unas líneas liricas estarían pasando por la mente de Minho. Tal vez porque tenía la misma expresión de esa mañana, esa en la que le dedicó unas líneas mientras estaban tendidos en su cama. Esa expresión en su rostro y ese hermoso momento que, estaba seguro, no olvidaría fácilmente.

Su corto noviazgo de menos de veinticuatro horas.

- Minho... - pronuncia sin querer, sorprendido de volver a verlo, como si fuera una señal del destino.

Flashback

Había despertado y se encontraba sobre el sillón de la su sala, completamente desnudo y sintiendo algo de frío. Para ser sinceros ni intentaba recordar lo que había pasado, tan solo veía alrededor y era lo de siempre; condones usados por el piso, vasos con trago, cigarros y cenizas esparcidas por toda la mesa, y aunque no había pruebas sabía que el éxtasis aun corría por sus venas, por eso no sentía tanto frío estando ahí desnudo y con esa temperatura que generalmente le daba miedo.

Arrastrándose, llegó hasta su cama y se envolvió en unas sábanas. Todo era una mierda. Más aun cuando la soledad empezaba a recordarle ciertos momentos vividos, que siendo tan diferentes se arraigaban con más fuerza en sus recuerdos, por eso era difícil borrarlos de su mente.

Lo último que pasó por su mente antes de caer dormido fue: a Minho sentado en una silla cerca de la puerta, dormido, sujetando un termómetro en sus manos. Aquel día.

Al despertar, volvió a recordar lo mismo, junto a ese único recuerdo de él tendido a su lado y cantándole una canción de cuna. Un momento que tantas veces había idealizado y alucinado con Jinon, pero que nunca se hacía realidad. Y quizás era la razón por la que Minho se hacía difícil de olvidar.

Y al único que podía contarle estaba tan lejos que no sabía que rayos hacer, porque era tan difícil tragarse su realidad mientras alucinaba con que esos días de ensueño se harían realidad. Más aun ahora que sabía que existía alguien que parecía tener el poder de realizar sus más recónditos sueños románticos.

Minho.

Riéndose de sí mismo había continuado con su vida. Yendo a trabajar y viendo de vez en cuando a Jinon que ya no mostraba esa cara llena de celos, que ya no le enviaba mensajes estúpidos, que parecía más seguro que nunca de que no tenía competencia, de que le pertenecía.

El primer fin de semana y otro evento más se celebraba, pero cuando pensó que lo vería, se había llevado una gran decepción. Minho había sido reemplazado por alguien más. Una decepción que lo sorprendió por estar buscándole, a ver si estaba por ahí con otro grupo de guardaespaldas, pero nada. Se había pillado varias veces esperando de alguna forma encontrarle y volver a fastidiarle, volver a hacerle numeritos y sobre todo...

- ¿Ya le encontraste reemplazo? – preguntaba Jinon mirándole burlón, interrumpiendo sus pensamientos.

- Ni que fuera un objeto – se defiende mientras volvía a su camerino, intentando soltarse de esa mano que soberbia se posaba en su cintura.

- ¿No lo era? – se gira y le mira esperando a que le dijera que era una broma – tranquilo, ya vendrá otro idiota, lo utilizaras justo como a él y terminaras entre mis brazos una vez más – así lo había pensado en un principio, pero que Jinon lo dijera le hacía sentirse ruin, menos que basura por utilizar a alguien de esa forma.

- No creo que haya otro idiota como él.

Ve su mano soltar su cintura y lo ve mirarle con cara de no entender, de no poder entender o simplemente de no querer entender lo que sus palabras decían. Y ni él mismo sabía lo que quiso decir, no sabía por qué lo dijo, pero esas palabras se grababan con fuego en su interior.

Renuncio a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora