Renuncio a Ti

Parte 3

~*~

Un tipo de fiesta que jamás podría haberse imaginado, y menos lo que sus ojos veían, menos lo que en carne propia estaba viviendo mientras intentaba quedarse parado allí, estoicamente, mientras veía a aquel ser hermoso hacer todo aquello que siempre le pareció demasiado superficial, algo que detestaba desde lo más profundo de su alma, algo que le generaba pena por aquellas personas que solían perderse en aquellos vicios.

'Te encargaras de cuidarlo en la fiesta y de llevarlo a casa sano y salvo', esa misma oración que se repetía en su mente y no sabía cómo llevarla a cabo. No en una situación así. Parecía imposible.

¿Qué estaba bien y qué rayos estaba mal en todo eso?

Lo peor era que no le dijeron que debía protegerlo de sí mismo.

***

Una fiesta publica que parecía todo lo contrario; privada y llena de morbo por la forma en la que todas aquellas personas vestían, por la forma en la que se miraban y por ese deseo que solo contenía lujuria, deseos que parecían demasiado superficiales para ser reales, como si todos supieran que serían utilizados sólo para satisfacer necesidades solo por unos cuantos minutos para luego desterrarse como los desconocidos que eran y olvidar que aquello había ocurrido.

Situaciones para nada duraderas, quizás lo que un suspiro o gemido duraba, pero tan superficial como lo era su trabajo, tan vacío como lo parecían sus almas al entregarse a esos vicios como si no valieran nada.

¿Y él? Tan sólo se dejaba llevar por la noche, por los placeres que escondían aquellos rincones oscuros de su ser, donde su conciencia no tenía permiso, donde la razón parecía un mito y aquel sentimiento parecía jamás haber existido. El amor. Era completamente inexistente a los ojos de quienes lo observaban.

Bailaba restregándose con el cuerpo de Yoona, de aquella modelo que siempre se le lanzaba. Bailaba con la única intención de liberarse y sentir eso que tanto buscaba y que nunca podía encontrar, eso que ni siquiera sabía cómo definir. Bailaba acariciando cada pedazo de piel que aquella muchacha le ofrecía con aquella blusa que apenas y la cubría, todo sin pedir nada a cambio.

Y de pronto siente unas manos sujetarse de su cintura, obligándole a pegarse a ese cuerpo que tenía a sus espaldas, obligándole a bailar restregándose contra él, contra ese cuerpo que ya conocía a la perfección; bailaba sensualmente, sin soltar a Yoona que no parecía importarle demasiado compartir un poco de calor... entre los tres.

- Podríamos ser un excelente trio...

Le escuchó susurrar en su oído, sintiendo ese cálido aliento que siempre añoraba sentir, que siempre deseó sólo para él, pero que sólo podía tener en esas escasas noches llenas de lujuria, esas que eran el único medio para tenerlo.

Y era aquella obsesión, amor o como rayos se llamara, que lo tenía envuelto en medio de esa locura. Toda esa historia que arrastraba desde hacía tantos años atrás, esa que no podía olvidar y que fue su impulso para ser quién en ese momento era. Ese exitoso modelo, el más codiciado de todo su país y estaba convencido de que lo era en muchos países. Ese exitoso modelo que todos querían y deseaban, pero que nadie podía tener.

Todo por él.

Flash back

Había terminado de escribir aquella carta. Esa delgada hoja de papel seda, color amarillo que eligió como perfecta para plasmar su confesión de amor.

A sus cortos trece años había caído enamorado, pero nadie podía saber cuándo el amor llegaría y menos lo estúpido que uno podía volverse cuando aquello ocurría. Y él era una víctima más de aquel angelito regordete y de mejillas sonrosadas que parecía tener demasiado tiempo libre lanzando flechas a diestra y siniestra, sin pensar en las consecuencias de sus acciones.