Parte 34

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~*~

El sonido ridículamente fuerte de la alarma hace que su conciencia vuelva a su cuerpo, sin muchas ganas de despertar y con un peso extra sobre su cuerpo que le hacía respirar con dificultad. Abre un ojo lentamente, intenta enfocarse y cuando lo ve tendido sobre su cuerpo, sonríe por la posición en la que se encontraban.

- Min – susurra para que despierte mientras acariciaba sus cabellos, esos que al caer le producían cosquillas en la mejilla.

- ¿Tae...? – pregunta Minho despertando y sintiendo al instante como si una parte de su memoria estuviera borrada.

- Min, no puedo respirar – se queja Taemin.

Minho abre los ojos de golpe. Se levanta sobre sus brazos y se encuentra a un Taemin semidesnudo, con las mejillas sonrojadas y sonriéndole avergonzado, aunque en sus ojos podía ver algo de preocupación. Y en una milésima de segundo se ve a sí mismo e internamente suspira aliviado, aún estaba vestido casi todo en su lugar, salvo algunos botones fuera de lugar en su camisa.

- ¿Cómo terminamos así? – pregunta Minho votándose a su lado, intentando disimular y creer que esa imagen de ese cuerpo casi desnudo no le causó nada.

Un momento de silencio en el que los dos permanecen callados, intentando recordar cómo rayos terminaron así.

Minho miraba el techo completamente en blanco, sin ningún recuerdo que pudiera rescatar, pero con ciertas sensaciones que hacían a su corazón latir contento, haciéndole preguntarse qué había ocurrido.

Taemin suspira un par de veces mientras abotonaba esa delgada camisa que sólo tenía un botón. Sin embargo, por su mente pasaba otra idea diferente a la de recordar, ya que no podía, rápidamente se da por vencido y en un movimiento ágil termina sentado sobre las caderas de un Minho que acababa de olvidar respirar y que necesitaba hacerlo para continuar vivo.

- Sólo recuerdo hasta que tomamos esos refrescos – recuerda Taemin haciéndose al inocente – y que nos dijimos que estábamos drogados...

- Después todo está en blanco – continua Minho sujetando a Taemin de las caderas e intentando bajarlo de encima, porque sentía que se derretía. Peor aún con el tacto tan suave de la piel desnuda de sus caderas y esos muslos. Dios.

- Pero creo que deberíamos terminar lo que empezamos.

Propone Taemin mientras hacía que una de sus manos descendiera lentamente desde su cuello, hasta llegar a ese único botón. Lo desabotona y deja caer la camisa, quedando sólo en ropa interior, si es que se le podía llamar así. Se maravilla al ver la cara de Minho que lo miraba sorprendido, boquiabierto, con tantas cosas que decir y con las palabras que parecían esfumarse antes de llegar a ser expresadas.

Minho. Pensó mordiéndose el labio inferior, preguntándose si de verdad lo harían, si sería posible.

- Ya no te resistas tanto – ronronea Taemin intentando mover sus caderas que aún estaban siendo atrapadas por esas manos que lo sujetaban temblando.

- Tonto – Minho lo saca de su mundo de ilusiones – ¿eso es ropa interior? – sonríe burlón, conteniendo la risa porque sabe que Taemin terminara reaccionando y tirándole alguna cosa en la cara.

- ¡Oye! – un manotazo tan esperado, tan ansiado llega al pecho de Minho que ríe mirándole incluso con algo de cariño.

- Mas parece una hoja – concluye Minho – en realidad es sólo una hoja – termina fastidiando a ese Taemin que intentaba disfrazar su alegría con algo de molestia. La verdad que empezaba a gustarle demasiado cuando Minho encontraba la forma de lanzarle baldes de agua fría y apagar así ese volcán que siempre estaba a punto de explotar – ¡ni siquiera tiene tirantes!

Renuncio a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora