IX

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Frank caminaba a paso apresurado hacia la oficina del rector, pues éste le había llamado para un asunto importante que atender y no podía esperar.

Había pasado ya más de tres meses desde la llegada de Frank a Inglaterra y no podía sentirse mejor.

Frank tocó la puerta y no entró hasta que escuchó una voz del otro lado indicándole que podía pasar.

—Con permiso.

—Sientese, por favor — le ofreció el hombre de edad avanzada.

Ray estaba sentado en uno de los sofás de la oficina.

—Bien, como usted ya sabe el programa de física está eligiendo a un estudiante para darle la oportunidad de realizar estudios más avanzados en el campo de física teórica. Dichas investigaciones se realizarán a cargo del señor Raymond.

—Y usted, señor Iero, fue elegido entre miles — esta vez hablo Ray.

—Eso significa que...

—Trabajará junto al señor Raymond en el departamento de física.

—Me encargaré de enseñarle todo lo que debe saber — dijo Ray.

—Es algo... sorprendente pero no creo estar capacitado — confesó Frank.

—Es por eso que lo pongo junto al señor Raymond, uno de los expertos en esta área. No debe preocuparse, sólo debe aprender.

—Muchas gracias... de verdad.

—Bueno, debemos comenzar.

Les proporcionaron un laboratorio de gran tamaño en donde tendrían todo lo necesario, para Frank ese se volvió su hogar.

Habían varias noches en las que no dormían por continuar con su trabajo. Lo que un estudiante aprende en cinco años Frank lo aprendió en uno.
También obtuvo un gran amigo, Ray. Quien se volvió su única familia ya que solo tenía la posibilidad de recibir cartas de su madre y amigos una vez al mes.

A veces le gustaba pensar que Ray era el hermano mayor que jamás tuvo, en cierta forma lo era... se encargaba de enseñarle todo lo que sabía, sus experiencias viajando por varías ciudades y su corta edad hacía que Frank se admirara aún más.

Ray sentía lo mismo, cuidaba mucho de Frank, como si se tratara de su propio hermano. Lo preparaba para su vida en el mundo exterior porque sabía que Frank no había vivido nada, sabía que era muy inocente, y como un experto sabía que los niños como Frank no llegaban a entenderse con los demás, no sólo por el hecho de no entender el sarcasmo o las bromas, sino porque no todos tienen buenas intenciones.

Y ahora después de cuatro años, el laboratorio tenía muchos implementos gracias a los aportes que realizaron los dos amigos.

Frank con diecinueve años y Ray con veintiocho eran muy conocidos por sus trabajos.

Hace un año Frank había obtenido su doctorado en física, y hace no más de medio año había logrado otro en una rama en la que se especializó.

Diecinueve años y dos doctorados.

—Ray ¿llegaron cartas de mamá? — preguntó Frank entrando al laboratorio como de costumbre.

—Sí, está en la mesa — respondió viendo una ecuación que estaba escrita en su pizarron —. Claro, ya entendí.

—¿La resolviste?

—No, me equivoqué. Pero ya entendí.

Frank sonrió y abrió la carta de su mamá. Al leer todo lo que estaba escrito sus ojos se abrieron como dos platos.

—No.

—¿Qué pasa? — preguntó preocupado Ray.

—No.

—¿Qué?

—¡No es posible!

—Me asustas, dime que pasa.

—Mi mamá... mamá... se va a casar.

—¡¿Qué?!... ¿estás seguro de que dice eso? — Ray le quitó la carta y empezó a leer.

—Mamá...

—Se va a casar.

La noticia sorprendió mucho a Frank, a pesar de que su madre ya le había contado anteriormente que estaba saliendo con un hombre que conoció hace mucho. Pero jamás se imaginaba que llegaría a casarse... no su madre.

—Mi mami se va a casar — dijo con la mirada perdida —. Ella no puede casarse.

—Mira esto, Frank — Ray sacó del sobre una invitación.

—Esta bien, si puede...

—La boda es en tres semanas.

—¿Tan rápido?... pero, no me preguntó y además.

—Frank ya no eres un niño. Además ella no debe preguntarte nada.

—Pero ni siquiera sé con exactitud con quien se va a casar.

—Entonces deberías preparar tus maletas e ir a conocerlo.

—Pero... la universidad.

—Frank, no puedes pasar toda tu vida aquí.

—Si puedo.

—Pero no debes.

—Y el trabajo... no es buena idea dejarlo todo.

—No es así... sabes que últimamente no nos ha ido muy bien, creo que lo mejor es cambiar de aires. Algo más relajado.

—¿Relajado?

—Sí, me refiero a que eres un adolescente y aún no has probado ni una cerveza.

—Yo no consumo drogas.

—Ese no es el caso... no me digas que no te gustaría volver a ver a tu madre, a tus amigos de los que me hablaste. Tu familia ¿no los extrañas?

—Claro que sí.

—Entonces que esperas, además debes conocer al futuro esposo de tu madre.

—Sí... debo conocerlo.

—¿No te hablo de él?

—Me dijo que era un hombre de su edad... además creo que es un ingeniero mecánico.

—Oh genial, tal vez puedas entenderte con él.

—¿Ingeniero mecánico? Por favor Ray, yo soy un físico teórico.

—Desde ahí vas mal... no menciones ese tipo de cosas frente a tú madre.

—Bueno, al menos no se trata de un geólogo.

—Sin duda esto es uno de tus peores defectos — dijo Ray negando con la cabeza.

—¿De qué hablas?

—Olvidalo... Pero por ahora ve a hacer las maletas.

—Pero Ray...

—No discutas, tu madre se va a casar y tú debes estar en la boda.

—¿Irás conmigo?

—¿A New York?... claro que sí.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐

Ya se viene el frerard!!

Lean el nuevo fic pliss

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Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora