XIII

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Al día siguiente, después de la cena, Frank salió de su casa muy temprano pues debía verse con sus dos amigos.
Además tenía un plan, y era buscar un departamento porque difícilmente se quedaría a vivir en casa de los Way.

No tenía opción, su madre le dijo que vendería su casa para mudarse con Donald.

Llegó a una cafetería en donde se vería con sus amigos, se sentó a esperar en una mesa al lado de la ventana.

—Hola Frankie — lo saludó Jamia sentándose en frente de él.

—Que hay Frank — le dijo Patrick sentándose a su lado.

—Hola... tardaron un poco. ¿Qué pasó?

—El tráfico.

—Ah...

—¿Qué querías contarnos?

—Pues principalmente, la razón por la que los cité era porque quería verlos. 

—Pues... aquí estamos — se rió Jamia.

—Y también quería contarles algo extraño sobre la cena de anoche.

—¿Qué pasó? — preguntó Patrick —. ¿Ya no se van a casar? Porque eso estaría genial, digo, tendría mucho drama. Como en una telenovela.

—No, no es eso. Lamentablemente... anoche Donald me presentó a sus hijos, uno de ellos era Gerard, ese tarado que me golpeaba en la escuela.

—Wow... un momento, esto tiene mucho más drama — interrumpió Patrick —. Continúa.

—Bien, él no me reconoció, como era de esperarse. Pero aún así, yo no pienso volver a esa casa.

—¿Y la boda de mamá Linda?

—Bueno esa será la última vez, pero no pienso convivir con una persona tan estúpida como Gerard Way.

—Tu madre me dijo que vendería la casa.

—¿Qué? ¿En serio? — exclamó Patrick —. ¿Se acabaran las tardes de té y galletitas?

—Eso parece...

—Y pienso buscar un departamento para vivir.

—¡Diablos! — interrumpió nuevamente Patrick —. Amaba las galletas de mamá Linda.

—Ya Patrick, le pides la receta y preparamos unas — le dijo Jamia.

—No, mamá Linda las hace únicas.

—Puedes visitarla, lo que ahora importa es buscar un departamento ¿no es así Frank?

—Sí, y quiero pedirles que me ayuden.

—Conozco un buen edificio, ubicado en un buen lugar. De seguro te gustará.

—Está bien, iremos a verlo.

—¿Podemos ir a ver a mamá Linda después? — preguntó Patrick haciendo un puchero.

—Claro, como en los viejos tiempos.

Al salir de la cafetería se subieron al automóvil de Jamia, ella condujo hasta aquél edificio. Mientras la conversación en el automóvil parecía jamás terminar.

—Y me especialice en psicología conductista... ahora trabajo en un hospital. En el área de psiquiatría — terminó de contar Jamia.

—Trabajas en analizar a las personas... como siempre te gustó — comentó Frank —. ¿Y tu Patrick?

—Patología humana.

—Interesante.

—Si supieras todo lo que se ve en los laboratorios. Es increíble.

—Ya me imagino.

Llegaron al edificio y pidieron que les mostraran un departamento.

Los departamentos eran amplios, con cocina mediana, dos habitaciones, tenía todo.

—¿Qué te pareció? — le preguntó Jamia a Frank.

—Es adecuado para mí.

—La renta no es elevada, pero tú dime.

—Dos años trabajando en Oxford y con mi sueldo actual. Créeme que está muy bien.

—Perfecto, debemos ver algunas cosas más pero tranquilo yo me encargo.

Terminaron de ver el departamento y Jamia condujo hasta la casa de Linda, o como ellos solían llamarle, mamá Linda. La llamaban así desde que eran niños, ella siempre fue como una segunda madre para ellos puesto que sus verdaderas madres se ocupaban de viajar al lado de sus esposos, y dejaban a sus hijos a manos de las personas que trabajaban en el servicio de la casa.

Al llegar a la casa entraron y como de costumbre, los tres fueron a abrazar a Linda.

—Siéntense... preparé galletas.

—¡Sí! — exclamó Patrick.

—¿Qué hicieron hoy, niños? — preguntó Linda entrando a la cocina.

—Fuimos a una cafetería en donde Frank no tomó café.

—Es una droga.

—¿Para que vas a una cafetería si no planeas tomar café?

—Y luego fuimos a ver departamentos...

—¿Para qué? — preguntó Linda —. Piensan mudarse.

—Frank planea hacerlo.

—¿Por qué Frankie? Sabes que no es necesario, podemos vivir juntos. No hay problema.

—Pero yo no sé si quiero vivir con tu nueva familia.

—Tambien es tu familia ahora ¿lo olvidaste?...

—Pero, mamá... yo no quiero, no...

—Frankie, no te obligaré a vivir allá. Pero no quiero que te alejes, al menos ve a visitarme.

—Tú puedes visitarme también.

—Lo ideal es que tú lo hagas.

—Trataré...

—Lo harás.

—Tranquila Linda, Frank no desaparecerá. Yo me encargó de eso — dijo Jamia.

—Bueno. En fin, ¿quieren té?

—Sí, por favor.

—Ah y Jamia, mañana iremos a la prueba del vestido ¿sí?

—Sí.

—Frank, tú y yo podemos ir al laboratorio — propuso Patrick.

—Sí, está bien.

—Por favor no vayan a jugar con radioactivos como la última vez — les dijo Jamia.

—No prometemos nada — rieron ambos.

Al caer la noche Jamia y Patrick se fueron a sus respectivas casas.
Frank se quedó con su mamá para ayudarle a guardar algunas cosas para la mudanza.

La boda sería en unas semanas y todo debía estar listo.

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Quiero publicar un nuevo fic.
Pero le diré adiós a Los Way y el bebé por que por ahora no le veo futuro XD

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Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora