XXXIII

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Frank se removió levemente hasta quedar en frente de Gerard. Realmente había pasado la noche con él, el pelirrojo era tan obstinado.

—Hey, Gerard — lo sacudió del hombro.

—¿Eh? — Gerard abrió sus ojos lentamente y sonrió al ver a Frank —. ¿Qué?

—Vete...

—¿Por qué? Aún quiero estar contigo — dijo haciendo un puchero.

—Debo ir a la universidad, supongo que tú también debes estudiar.

—Bien — suspiró y se incorporó —. Me doy una ducha rápida y luego te llevo al trabajo.

Gerard salió de la habitación a darse una ducha, como había dicho, Frank hizo lo mismo y en veinte minutos ya estaban subiendo al automóvil del pelirrojo en camino a la universidad.

—¿Sabes qué es lo bueno de todo esto? — preguntó Frank con una sonrisa.

—¿Qué?

—Que ya tengo quien me lleve al trabajo.

—¿Eso quiere decir que solo me quieres porque tengo automóvil?

—Claro que no, te quiero porque me llevas al trabajo en tu automóvil. Que no es lo mismo.

Gerard sonrió y continuó conduciendo, llegaron a la universidad en donde el pelirrojo dejó su automóvil en el estacionamiento.

—Nos vemos en la tarde — se despidió Gerard.

—Tal vez.

Antes de irse, Gerard se acercó a Frank y le dio un beso rápido para luego marcharse.

Frank quedó paralizado por un momento, no entendía como era posible que ese extraño sentimiento se intensificara cada vez que Gerard lo besaba.

Como todos los días estaba en su oficina, esta vez estaba leyendo un articulo interesante en su computadora.

—¡El hijo pródigo! — Ray entró a la oficina alzando las manos —. Hace varios días que no me hablas... ¿qué pasó?

—Ray — Frank se levantó de su lugar para saludar a su amigo —. No pasó nada, he estado un poco ocupado.

—Creí que te habías deprimido.

—¿Quién, yo? Alguien como yo no puede deprimirse tan fácilmente.

—¿Entonces ya no te molesta lo de Gerard?

—Claro que no.

—¿Puedo preguntar por qué?

—Ahora estamos en una relación de noviazgo — respondió desinteresado.

—¡¿Qué?! ¿Cómo carajos pasó esto? — Ray abrió demasiado los ojos.

—Simple. Me preguntó si quería ser su novio, yo acepté... no es nada difícil de comprender, Ray.

—P-pero, no comprendo. Dijiste que lo odiabas, ¿y su novia?

—Ray... shh — dijo llevándose un dedo a su boca —. Tiene un automóvil.

—¡Bien! Entonces tendré que hablar seriamente con él.

—Hazlo, no me importa.

—Ahora lo importante... ¿cuándo pasó? ¿Linda lo sabe?

—Fue un día después de que lo viera con Lindsey, y sí, mamá si lo sabe.

—¿El papá de Gerard?

—Tambien, él se lo dijo ayer.

—Al menos está mostrando un comportamiento responsable y maduro.

Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora