La física estudia el comportamiento y las relaciones entre la materia, la energía, el espacio y el tiempo. Junto con la matemática, la física lo es todo. Estudia desde un quark hasta un agujero negro.
La física es una rama de la ciencia, la ciencia sirve para clasificar, explicar, predecir y controlar.
Entonces, definitivamente, la ciencia no tiene nada que ver con el amor... al menos no la que conocemos. Y ya era momento de que Frank Iero, el pequeño Frankie, lo supiera.
—Gerard... ¿sabes dónde está mi recipiente de caolín, cuarzo y feldespato?
—¿Tu qué?
—Mi taza de superman — respondió rodando sus ojos.
—Ah... la guardé, creo.
Frank caminó hasta la cocina para buscar su taza, la vio en el estante de la parte de arriba. En el lugar donde no podía alcanzar.
—Hey... ¿quieres que te ayude? — Gerard se acercó a él para luego extender su brazo y bajar aquella taza.
—Gracias... ahora ve a cambiarte, Ray y los demás no tardan en llegar y no quiero que te vean como un vago.
—Sí, mamá y papá también — salió corriendo de la cocina pero antes se detuvo en el umbral de la puerta —. Y no soy un vago — reclamó aunque más bien parecía que hacía un berrinche.
Frank sonrió y caminó hasta la biblioteca de su casa, la que habían comprado hace un año. Hace un año dejó el departamento 314 para mudarse con Gerard.
Un año, doce meses. Según las personas ese periodo de tiempo es muy importante, sobre todo si se trata de un año de matrimonio, ya que ese era el motivo de la cena que habían organizado junto con su familia y amigos. Cumplían un año de matrimonio.
Un año viviendo con Gerard Way, soportando sus estupideces, sus comics, sus pinturas tiradas por todas partes. Y lo que más odiaba, sus cambios repentinos en el color de su cabello.
Ahora tenía un color amarillo en su cabello, era ridículo para Frank pero no le decía nada. Ese era Gerard y aprendió que no tenía que intentar cambiarlo.
—Hey, enano. ¿Me veo bien con esto? — Gerard entró a la biblioteca enseñando el traje negro que se había puesto.
—Por mi está bien — se encogió de hombros.
—Bien... — se acercó a Frank envolviendo sus brazos en torno a la cintura del contrario.
—Gerard.
—¿Sí cariño?
—Suéltame o te te golpearé.
—Déjate amar, Frankie — rió alejándose de su esposo.
—Mejor ayúdame con la cena — sonrió y se acercó a Gerard para besarle la mejilla.
—Todo lo que comeremos esta noche lo ordenamos en el restaurante... solo debemos desempacar.
—Entonces ayúdame en eso y a poner la mesa.
Ambos desempacaron la comida y pusieron la mesa, arreglaron su casa y después de casi una hora sus invitados habían llegado.
Frank fue el que se encargó de recibirlos.
—Mami — abrazó a Linda como si no la hubiera visto hace mucho.
—Cariño — besó su frente —. Mira lo bien que estás...
—Sí Anthony, te ves muy bien — comentó Ray.
—Y creo que creciste un poco — dijo Patrick.
—¿Un poco? Yo creo que no creció nada, pero aún así se ve guapo — mencionó Jamia acercándose a Frank para abrazarlo.
—¿Y mi hermano dónde está? — preguntó Mikey.
—Creo que está peinándose, por onceava vez.
—Típico.
Poco después apareció Gerard y se acercó a saludar a todos.
—Por cierto, quiero presentarles a alguien — dijo Patrick saliendo de la sala y luego volviendo con un chico —. Él es Pete — presentó a aquél chico ante todos.
—¿Pete? — Frank se veía confundido a más no poder.
—Un gusto, mi nombre es Pete Wentz — saludó con una sonrisa cálida.
—Es un gusto — le dijo Linda —. Me alegra que mi Patrick haya encontrado a alguien.
—Bienvenido, Pete — le dijo Gerard —. En fin... ¿qué les parece si comenzamos a cenar?
Todos pasaron al comedor, ahí pasaron la mayor parte de la noche hablando, riendo y contando como les había ido en los últimos meses ya que no habían podido verse.
Por primera vez Frank sintió que pertenecía en ese grupo de personas. Porque esas personas eran su familia y a ellos no les importaba que Frank tuviera un nivel intelectual intimidante. Y a Frank no le importaba que ellos no tuvieran su mismo IQ.
Por otra parte, estaba Gerard. Él era todo lo que Frank no era, si bien la frase de “polos opuestos se atraen” era ya muy trillada, en física, eso era cierto.
—Bien, sé que esto es muy estúpido pero, por favor estoy hablando yo — se rió Gerard poniéndose de pie, consiguiendo la atención de todos —. Quisiera decirle algo a mi Frankie, un par de cosas... pues no sé cómo me has soportado todo este año, pero quiero que sepas que aun faltan muchos más — sonrió para acariciarle la cabeza a Frank quien estaba sentado al lado de él —. Y bueno ya lo dije, la mayor parte del tiempo no entiendo de que hablas, pero eres la persona más inteligente que conozco y amo ver como te encierras en casa con tus pizarrones y todas esas ecuaciones que no entiendo.
Se dejó escuchar un “aww” por parte de todos y voltearon a ver a Frank esperando a que este también dijera algo.
—Supongo que debo decir algo, porque Gerard ya lo hizo y si yo no lo hago todos me mirarán raro — se puso de pie —. Bien... Gerard eres como la toallita suavizante de mi corazón. Contigo la gravedad deja de existir y todo se vuelve ridículamente ilógico. Tú eres como la mecánica newtoniana y yo como el electromagnetismo y la teoría de la relatividad es como el amor entre nosotros.
—Amén por eso — exclamó Ray levantando su copa de champán.
—Aún no termino — lo miró molesto —. En fin, Gerard si no te hubiera conocido probablemente hubiera acabado mis días como Albert Eisntein... o toda mi vida hubiera sido como un desliz hacia la locura pero ahora te tengo a ti y... bueno mi vida seguirá siendo una locura porque tú estás en ella. Pero será diferente ya que la compartiré contigo.
Así, la cena terminó y todos se fueron, no sin antes haberlos felicitado.
—Oye Frank... nadie nunca me había dicho algo tan bonito... y tan confuso — se rió Gerard recostándose en la cama matrimonial de su habitación.
—Pues gracias, se me ocurrió en ese momento — dijo imitando a Gerard —. Y tú también fuiste muy lindo... creo que después de todo tú fuiste mi mejor elección.
—¿Crees?
—No, estoy seguro... cuando me casé contigo pensé que estaba loco. Porque Einstein describe la locura como cometer el mismo error varias veces y esperar un resultado distinto. Es por eso que creí que estaba loco por haberme casado contigo, ahora sé que no lo estoy... al menos no tanto.
—Te amo, Frankie.
—Yo también te amo, Gee — le dijo abrazándolo —. Y bien. El amor es solo ciencia que aún no entiendo.
Gerard pasó varios minutos admirando sus ojos, despeinándose sus cabellos para finalmente besarlo.
Tenían toda esa noche para ellos y no sólo esa noche, sino toda una vida.
Porque como decía Frank, el amor es solo ciencia que aún no entendemos.
Fin
Terminado 5/12/17 8:21 pm
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Polimatía [Frerard]
FanficPolímatas o como muchos suelen llamarlos, "personas superdotadas". Personas cuyo conocimiento y sabiduría no conoce barreras. Frank Iero es uno de esos "niños superdotados" lo que le provocará llevar una vida social muy difícil. Pues éstas personas...