XIV

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Semanas después Linda estaba poniéndose su vestido que, no era completamente blanco,  Jamia le ayudaba con el maquillaje. Estaban en una habitación de la casa de Donald.

Afuera, en el pasillo, estaban Frank y Patrick, esperando a que Linda salga y lleguen los invitados.

—Jamia dijo que tu mamá saldrá en unos minutos.

—Eso espero. Aunque ya me quiero ir.

—Procura poner tu mejor cara, mamá Linda está muy feliz. Has que piense que tú también lo estás.

—Será difícil, pero haré el intento.

—Chicos, ¿qué hacen aquí? — llegó Donald desde la planta de abajo.

—Estamos esperando a mi madre.

—Pueden esperarla en la sala, aquí están muy incómodos... vengan.

Donald bajó con los dos muchachos a la sala, ahí estos dos últimos se sentaron en uno de los enormes sofás y la sirvienta les ofreció jugo.

—Aún no he visto a Gerard... — comentó Patrick.

—Debe estar ocupado haciendo lo de siempre.

—¿Lo de siempre?

—Cosas irrelevantes para la sociedad... o al menos para mí.

—Bueno, no entiendo porque te empeñas en evitarlo.

—La etapa en la escuela fue muy dura, me molestaban y él era uno de los responsables. Simplemente no quiero tener nada que ver con él, no quiero nada con una persona que se empeñaba en molestarme a pesar de que yo jamás le hice nada.

—Supongo que tienes razón, la mayor parte del tiempo terminabas con varios moretones ¿y por qué? Por personas como Gerard Way.

—Exacto, sencillamente no vale la pena.

Después de varios minutos llegaron los invitados, incluyendo a Ray, que pasaron directamente al salón principal, en donde el juez esperaba la llegada de la novia.

Una vez que Linda bajó comenzaron la ceremonia.
Los tres amigos se sentaron en la primera fila, incómodamente, Gerard y Mikey se sentaron junto a ellos. Sin embargo, Frank no hizo contacto visual con ninguno de ellos.

Linda y Donald dijeron sus votos, firmaron los papeles necesarios y ya eran oficialmente esposos.

Una banda de Jazz tocaba en la fiesta, mientras unos bailaban otros hablaban entre ellos o se encargaban de comentar lo bien que se veía la decoración.

—Hey, Frank... ¿probaste esto alguna vez? — preguntó Ray mostrandole lo que había en su plato.

—No, se ve extraño.

—Y tiene un sabor extraño.

—Creo que es un trozo de pastel de zanahoria — les dijo Jamia.

—Iugh — exclamó Ray dejando su plato en la mesa.

—Me disculpan un momento, quiero hablar por teléfono — se disculpó Frank para luego ir hacia la biblioteca.

Al entrar se sentó en un sofá antiguo que ahí se encontraba, la música no  se escuchaba muy fuerte dentro de la biblioteca. Pero Frank no tenía intenciones de hablar con alguien por teléfono, al contrario, lo único que buscaba era un lugar para estar sólo.

Tomó uno de los libros que se encontraban en el estante y comenzó a hojearlo. Se veía interesante, entonces comenzó con su lectura.

—Ay, disculpa... — el joven de anteojos entró a la biblioteca sorprendiéndose a causa de la presencia de Frank.

Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora