XXXVII

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Frank necesitaba respirar, la tensión dentro de esa casa era demasiada y ya no la soportaba.

¿En qué momento su vida dio tal giro?

Primero era un joven graduado que trabajaba en el departamento de investigación de La Universidad de Oxford. Ahora su vida se veía afectada gracias a que ese tonto pelirrojo entró en ella, ahora se dejaba llevar por los sentimientos.

No podía soportarlo, ni un minuto más.

Tomó su chaqueta y su billetera. Pidió un taxi para llegar al laboratorio de su mejor amigo, Patrick. Decidió ver a Patrick porque él era quien le recordaba lo que anteriormente fue, le recordaba su vida antes de haberse enamorado de Gerard. Porque ya era momento de aceptarlo, estaba enamorado de Gerard.

Al llegar con su amigo, este le dio una bata blanca, unos guantes y el resto de la indumentaria. Se suponía que Patrick estaba trabajando y no podía permitir que Frank corriera riesgos.

—Dime, ¿qué te trae por aquí? — preguntó Patrick sentándose en su silla giratoria.

—En realidad sólo quería verte... y no tengo mucho que hacer.

—Llegaste a tiempo, estoy a punto de despedir a Morty.

—¿A quién?

—Mi rata de laboratorio, así se llama.

—¿Y de qué forma vas a despedirlo?

—Oh bueno, es que murió y... era mi único amiguito.

—Lo lamento — dijo frío.

—Frank, no debes utilizar esos protocolos sociales conmigo. Sé que no lo lamentas.

—Gracias, es por eso que me agradas.

Varios minutos después llegó Jamia, traía su bata blanca encima.

—¿Por qué aún estás vestida así? — le preguntó Patrick viéndola divertido.

Ella se miró y se dio cuenta de que aún no se había quitado la bata de su trabajo.

—Agh... olvidé quitarme esta cosa, es que salí rápido del hospital.

—No importa, de todos modos la necesitas aquí dentro.

—Bien — Jamia tomó una silla para sentarse —. Entonces ¿qué celebramos?

—Según Patrick, estamos de duelo por Morty — respondió Frank.

—¿Morty?

—Mi rata de laboratorio que murió.

—Oww... lo siento.

—Ese lo siento, es más real que el de Frank.

—Lo sé, es que he estado practicando — rió.

—Como sea, lo que importa es que estamos juntos — dijo Patrick —. Después de todo, aún seguimos juntos.

—Sí — suspiró Jamia —. ¿Recuerdan cuando casi incendian el laboratorio de la escuela?

—Ah sí... fue gracioso, pero Patrick tuvo la culpa.

—Te repito que no fue mi culpa, yo sólo tropecé con algo... no sé que pasó.

—¿Ya no dirás que tropezaste con una puerta a otra dimensión?

—¡Fue extraño! ¿Sí?

—Como sea, hemos pasado por mucho y aún somos amigos — mencionó Jamia.

—Ustedes ya no van a casarse ¿verdad?

—No — respondieron Frank y Jamia compartiendo miradas.

Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora