XXIV

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—¿Qué es lo que le dirás? No entiendo.

—No lo sé... solo sé que debo hablar con él — respondió Gerard a su hermano.

—Entonces, llegarás diciendo; Hola Frank,  ¿recuerdas que anoche nos besamos? ¿quieres hablar conmigo?

—No exageres — le dijo mirando la calle y con las manos en el volante.

—No exagero, solo digo que suena un poco tonto. En fin, es tu vida.

—Exacto — mantuvo su vista en la calle, había mucho tráfico y el automóvil se movía cada cinco minutos.

—Te ves nervioso — mencionó después de ver como le temblaban las manos a su hermano.

—Lo estoy... háblame de algo, lo que sea.

—Eh... sí, bien. ¿Recuerdas el chiste de Frank?... ese de la gallina, resulta que la cinta de Möbius es una superficie con una sola cara y un solo borde, por eso la gallina siempre estará en el mismo lado de la cinta ¿entiendes?

—Wow... suena simple ahora que lo explicas.

—Lo es, y tal vez así es Frank. Al principio parece complicado, pero luego resulta que no lo es. Solo hay que tratar de entender.

—Sí, tienes razón. Solo debo tratar de entenderlo.

—Por cierto, anoche ¿Frank no te dijo nada más?

—No ¿por qué?

—Nada, solo pregunto.

Después de mucho, por fin lograron llegar al edificio de Frank. Subieron por el ascensor hasta llegar al departamento. Tocaron la puerta varias veces hasta que Frank salió a abrirles. Traía una pijama con estampados de átomos.

—Hola Frank — saludó Gerard.

Frank al verlo volvió a cerrar la puerta.

—Hey, Frank abre. Soy Mikey — gritaba este desde el otro lado de la puerta.

Frank escuchó la voz de Mikey y se decidió a abrir la puerta nuevamente.

—¿Qué hacen aquí? — preguntó desganado, haciéndose a un lado para que los hermanos pasaran.

—Gerard quiere hablar contigo — entró Mikey a sentarse directamente en el sofá.

—Yo no quiero.

—Por favor, Frank. Debemos hablar, tal vez tú no quieras pero debemos hacerlo — Gerard se sentó junto a su hermano.

—No, debemos respirar, debemos comer, debemos inyectarnos una vacuna cada cierto tiempo, pero no debemos hablar.

—Agh... ¿Frank no te gustaría saber por qué te besé?

—No — respondió desviando su vista.

—Gerard no seas así — Mikey le dio un golpe con su codo —. Frank, mi hermano quiere hablar contigo, escúchalo. Yo estoy haciendo el ridículo aquí, así que mejor me voy a esperar en el auto... por favor no se maten.

Mikey salió del departamento, dejando solos a Frank y Gerard.

—¿Quieres algo de tomar? — preguntó Frank.

—¿Qué?

—Sí, ese es el protocolo que toda persona debe seguir cuando tiene a un invitado. Aunque, claro, yo no te invite y te odio. Pero no debo dejar de lado mi educación.

—Pues, gracias. Pero estoy bien.

—Como quieras.

—¿Ahora si podemos tener una conversación tranquila?

Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora