XXV

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—Entonces, solo quisiste salir a cenar.

—Sí, ya sabes, las personas invitan a otras personas para que estas les acompañen, yo quise hacer eso y la mejor opción eras tú.

—Ah, bien — Jamia sonrió, le sorprendió mucho la invitación que Frank le hizo en la mañana, y ahora estaban en la mesa de restaurante. Era maravilloso.

—Ahora, cuentame como te ha ido...

—Pues, nada interesante, mi trabajo en el hospital es casi siempre el mismo... las personas entran y yo debo tratar de entender que pasa dentro de su cerebro. Psicológicamente, claro.

Un mesero se acercó, les pasó la carta y ordenaron.

—Sabes, he pensado que tal vez debería establecer cierto tipo de relación contigo, aparte de la amistad ya existente.

—¿A qué tipo de relación te refieres?

—Verás, mi madre dijo que estaba llegando el momento en el que yo debería buscar una relación, y así, en palabras comunes, formar una familia.

—¿Entonces estás proponiéndome esto solo porque te lo dijo tu madre?

—No, bueno en parte sí, pero pienso que tú eres la persona indicada para mantener una relación de este tipo. Pero claro, no se realizará si tú no estás de acuerdo.

—Pues, yo pienso que si esperas una relación que acabe en matrimonio, debería existir cierto tipo de atracción sentimental por parte de las dos personas. De otra forma, pienso que no tiene sentido.

—¿Eso significa que no te sientes sentimentalmente atraída hacia mí?

—Yo no dije eso.

—¿Eso significa que estarías disponible a, en un futuro, estar en una relación conmigo?

—Posiblemente, pero ahora tienes veinte años. No deberías preocuparte por eso.

—Cierto, pero hablo de un futuro no muy lejano.

—En ese caso está bien.

—Entonces, puedes decir que ya estás reservada para mí.

—Pero aún somos amigos.

—Sí.

La cena concluyó en silencio, no era algo nuevo para Jamia, ya estaba acostumbrada. Pero lo que Frank le dijo fue más bien como una compensación, había estado esperando escuchar eso hace mucho tiempo.

Jamia llevó a Frank hasta su edificio, ya que él aún no tenía automóvil, luego se despidió. Frank entró a su departamento, todo estaba oscuro, a excepción de las luces que entraban por la ventana. El teléfono de la sala empezó a sonar e inmediatamente él contestó, era Mikey, le dijo que su madre llegaría al día siguiente.

Frank no podía sentirse más ansioso, al fin podría ver a su madre. Realmente la había extrañado mucho. Al día siguiente fue directamente al aeropuerto, no pudo evitar encontrarse con Gerard y Mikey en la entrada. Procuró no hablarles y simplemente esperar a que el avión en el que estaba su madre llegara.

—¡Frankie! — gritó Linda desde la puerta de salida.

—Mami — Frank corrió a los brazos de su madre.

Ella lo abrazó fuertemente y le besó la frente.

—Mi niño — pasó sus manos por el rostro de Frank —. Te extrañé tanto.

—Yo también — volvió a abrazarla.

—Hola, Frank. ¿Cómo has estado? — llegó Donald, posando su mano en su espalda.

—Bien, gracias.

Donald se acercó a sus hijos, quienes lo saludaron con un abrazo y de la misma forma lo hicieron con Linda.

Todos subieron al automóvil de Gerard y llegaron a la casa de los Way. Pasaron la mayor parte de la tarde viendo fotografías, mientras Linda y Donald contaban anécdotas de su viaje. Los cinco estaban conviviendo juntos son ningún inconveniente, lo que sorprendió mucho a Donald.

En el momento de la cena, pasaron al comedor en donde la conversación aún no terminaba.

—¿Lindsey no vendrá? — preguntó Donald mirando a Gerard.

—No, es que... terminé con ella — respondió inseguro.

—Lo lamento, creí que todo iba bien.

—Sí, yo también.

—Ya vendrá alguien más — mencionó Donald como consuelo para su hijo.

—De hecho, sí... creo que ya hay alguien — sonrió.

—¿En serio? ¿La conozco?

—Sí, bueno... es una buena persona, y sí, conoces a esa persona — volvió a sonreír esta vez mirando a Frank —. Pero luego te diré quien es.

—Me alegro por ti.

—Yo también — dijo Linda —. Espero conocerla pronto.

—Sí, seguro se sorprenderán.

—Por cierto, Frankie lamento no haber estado en tu cumpleaños — Linda miró a Frank pidiendo disculpas.

—No hay problema, mamá... pero me hubiera gustado estar al lado de ti.

—Te prometo que lo compensaré.

—¿Te parece si me preparas mi postre favorito?

—Lo haré mañana — respondió con una dulce sonrisa. Típica de ella.

—Con eso es suficiente.

—¿Qué hiciste en tu cumpleaños? — preguntó Donald.

—Le organizamos una fiesta — respondió Mikey, todos voltearon a verlo ya que era raro ver a este participar en la conversación. Casi nunca lo hacía.

—¿Y te divertiste? — volvió a preguntar a Frank.

—Sí, nada mal — respondió con una sonrisa fingida —. Pero hubo parte que me hubiera gustado omitir.

—¿Por qué lo dices? — habló Linda.

—Es solo que no me agradaron ciertas cosas, pero fuera de eso todo estuvo bastante bien. Lo cual es raro, ya que no suelo sentirme cómodo en ningún tipo de fiesta.

Al terminar la cena, Frank decidió quedarse a dormir, era algo que hubiera querido evitar, dado a que al día siguiente debía trabajar, además se sentía más cómodo en su departamento. Pero su madre lo valía.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐

Está corto pero el próximo estará mejor.

Creo.

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Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora