XVI

694 129 93
                                    

Era lunes por la mañana, Frank estaba en su oficina trabajando como cualquier otro día, una gran duda había asaltado su cabeza, y sobretodo una gran idea. Por lo que ahora se encontraba resolviendo una ecuación en la pizarra al lado de su escritorio. Escribiendo algunos números y trazando algunas líneas.

—Claro... no, es improbable — dijo en voz alta a pesar de que nadie más estaba ahí y borró algunos números que al parecer estaban incorrectos.

Un chico de gran afro entro por la puerta quedando a parado al lado de Frank, mientras observaba con mucha atención su trabajo.

—Deberías mover esto aquí — dijo quitando el marcador de la mano del menor y cambiando algunos números.

—Ray, te agradezco... pero no necesito tu ayuda.

—Si no la necesitaras hubieras resuelto esa ecuación hace mucho... ¿cómo explicas que yo vi algo que tú no?

—Bueno, gracias... no quiero sonar molesto pero me gustaría saber la razón de tu presencia en este lugar.

—Vine a invitarte a almorzar...

—En la universidad hay cafetería, pero supongo que esta bien... ¿a dónde iremos?

—Como a ti te gusta la comida vegetariana y a mí no me gusta discutir, iremos a un restaurante vegetariano.

—Vamos entonces.

Ambos salieron de la oficina, para luego subir al automóvil de Ray, que estaba afuera de la universidad.

Llegaron al restaurante, Frank pidió Paté y Ray una hamburguesa, pero de carne de soya.

—Ya sé que pediré para mi cumpleaños — mencionó Ray.

—¿Qué?

—Ir a un restaurante donde me puedan servir una hamburguesa de verdad.

—Tu hamburguesa se ve bien... además falta mucho para tu cumpleaños.

—Se ve bien, pero no se siente bien. Pero tienes razón, tu cumpleaños es el que está cerca.

—Sí... sabias que, cuando era niño mi madre inventó una forma diferente de nombrar mi cumpleaños...

—¿A sí?

—Le decíamos Ieroween.

—Claro, pero tú aún lo dices... es adorable.

—¿Adorable?... existen muchas formas de describir a Frank Iero, y creeme que una de ella no es adorable.

—Si lo eres... muy adorable, como un enano — dijo pellizcando las mejillas de Frank.

—Deja de hacer eso.

—Como quieras... en fin ¿qué quieres para tu cumpleaños?

—Podríamos disfrazarnos... yo lo hacía todos los años con mi madre, pero ahora puedo hacerlo contigo.

—Sí, yo puedo ser el mago Gandalf y tú el hobbit.

—Un habitante mortal de la tierra media, interesante.

—Frodo Baggins, pero si no te gusta podríamos disfrazarnos de Marty, y el doctor.

—No suena mal ¿pero de donde sacamos un DeLorean?

—Ya veremos, aún faltan unas semanas.

—Por cierto quería pedirte ayuda hoy en la tarde.

—¿Para qué?

—Ya me entregaron los muebles y ya sabes... no tengo mucha fuerza para moverlos.

—Está bien, pero ordenaremos pizza.

Polimatía [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora