Este fic va para: @celestebasualdo10
El 1er amor de Remus no fue alguien de Gryffindor. Fue una chica, Celeste, de Ravenclaw. Era puntual, alegre, chistosa y responsable. Era obvio que no la podía engañar y así fue cuando ella descubrió su gran secreto.
C: ¿Por qué no me lo dijiste, Remus?
R: Sólo queria protegerte y ya.
C: ¿Protegerme de qué?
R: De mi.
Agacha la mirada, ella lo toma de la barbilla y lo obliga a mirarla, ella le devuleva una mirada dulce.
C: Sé que no puedo hacer nada por tu maldición, ni acercarme a ti en determinados días, ni acompañarte en tu transformación pero déjame estar para sanar tus heridas, para cuando caigas poder sostenerte, te quiero Remus, tenlo en cuenta.
Remus la besa. Fue su 1er beso y fue muy dulce y hermoso. Al tiempo Celeste y él eran novios, ella se acercaba a visitarlo en la enfermería después de la noche de luna llena. Le traía dulces, besos y todo su amor reservado para él. Hasta que un día....
R: ¿Y Celeste?
S: No vino.
R: ¿Cómo que no? Acordamos vernos acá como siempre y a la misma hora.....
J: A lo mejor se está retrasando.
R: Ella es puntual.
Al día siguiente ni en el desayuno, ni en clases compartidas con los Ravenclaws, ni en todos los pasillos de Hogwarts la halló. ¿Qué le había sucedido? Decidió hablar con Flitwick.
F: Oh, ella ¿eres su amigo?
R: Novio.
F: Lamento decirte que despareció de este colegio y ni los profesores la estamos encontrando. Sus cosas en su cuarto están en perfecto orden y las compañeras no sintieron ruidos de ataque, tampoco Mirtle vio que alguien haya intentado suicidarse, todavía no sabemos qué, te tend're informado sr Lupin.
R: De acuerdo.
Pero nunca recibió noticias de ella, cómo desapareció, qué hizo eso y por qué. Antes de que sus padres retiraran sus cosas, Remus logró colarse por la sala de Ravenclaw sin ser visto y dejó una carta por si la encontraban y la llegara ver.
Celeste:
Nos dijimos adiós.
La tarde estaba
llorando nuestra despedida.
Nos dijimos adiós tan simplemente
que pasó nuestra pena inadvertida.
No hubo angustia en tus ojos
ni en mis ojos.
No hubo un gesto en tu boca
ni en la mía.
Y, no obstante, en el cruce de las manos
calladamente te dejé la vida.
Fuiste valiente con tu indiferencia
y fui valiente con mi hipocresía,
nos separamos como dos extraños
cuando toda la sangre nos unía.
Pero tuvo que ser
y fue mi llanto,
sin una escena ni una cobardía.
Tú te fuiste pensando en el olvido
y yo pensando en la melancolía.
Hoy sólo resta de esa vieja tarde
un recuerdo,
una fecha
y una rima.
Así, sencillamente nos jugamos
el corazón en una despedida...Pero nunca lo llegó a ver, eso quedó en el baúl para siempre.