AVISO

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- ¡¿Lo dices en serio?! – exclamé, gratamente sorprendida.

- ¿No te acordabas? Hoy es el examen de recuperación del señor Varner – me empezó a recordar Helen -, y resulta que la señora Smith no puede venir, le ha surgido un imprevisto.

Un imprevisto que a mí me venía que ni pintado. Ahora tenía las dos últimas horas de clase libres. Libres para estar con Jacob sin que mi padre pudiera estar al acecho. Libres para estar SOLOS. Me daba igual que después de regresar mi padre se enterase de todo, ya no habría podido evitarlo.

- Vengo enseguida – dije, levantándome de la mesa -. Tengo que hacer una llamada.

- ¿Vas a llamar a Jacob? – quiso saber Helen con una voz pícara.

- ¿Tú qué crees? – le contesté con el mismo tono.

Brenda se limitó a mirar hacia otro lado mientras se comía su lechuga sin ganas. Últimamente parecía bastante decaída, la verdad.

Tampoco la hice mucho caso, me dirigí rauda hasta la puerta de la cafetería y salí de ese barullo para llamarle por mi móvil.

No tardó mucho en cogerme el teléfono.

- ¿Diga?

Sólo escuchar su voz, ya me elevaba por los cielos.

- Jake, soy yo.

- ¿Pasa algo? – preguntó, alarmado.

- No. Bueno, sí. Pero es algo muy bueno – le informé con alegría.

- ¿Tu padre te ha levantado el castigo? – inquirió con entusiasmo.

- No, ojalá – suspiré, él hizo lo mismo -. Es algo un poco menos bueno. Tengo las dos últimas clases libres y había pensado…

- Estaré allí – se me adelantó.

- Genial – sonreí -. Entonces, te veo luego.

- Sí, hasta luego.

- Te quiero – le susurré muy bajito para que la gente de alrededor no pudiera oírme.

- Y yo a ti.

Sonreí de nuevo y colgué el teléfono.

Me dirigí casi danzando hasta la mesa para seguir almorzando, aunque se me habían quitado todas las ganas de comer, las mariposas ya ocupaban todo mi estómago.

Me senté en mi silla y me metí una patata en la boca.

- ¿Dónde está Brenda? – pregunté al ver que no estaba.

- Ha ido al baño – me contestó Alison.

- Se la ve muy baja, ¿no? – dijo Jennifer.

- Es por Jacob. Al parecer, era su chico ideal – afirmó Helen.

Después, le dio un sorbo a su refresco tan tranquila, mientras que yo me sentía culpable y todo.

- ¿Su chico ideal? Yo… no lo sabía… Si lo llego a saber, no hubiera…

- Tú no tienes la culpa – me interrumpió Alison, echándole ketchup a sus patatas fritas.

- Sí, fue ella la que se encaprichó con él sabiendo que estaba loco por ti – siguió su hermana.

- Le pudo más su ego personal y ahora lo está pagando – declaró Helen.

- Bueno, aún así…

- Una cura de humildad de vez en cuando, no le viene mal a nadie – intervino Jennifer -. No te preocupes, ya verás cómo se le pasa.

- Sí, dentro de una semana la tendremos tonteando con otro y volverá a ser nuestra Brenda de siempre – continuó Alison entre risas.

JACOB Y NESSIE DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora