Bertholdt
Habían pasado tres días desde que le dije a Reiner que necesito hablar con él; no obstante, no he recibido respuesta a excepción del corto mensaje en el que me expresó su ocupación para aquella vez.
La agenda estaba abierta ante mis ojos distraídos, mostrando el contenido que se suponía debería estar en mi mente para el parcial de mañana. Aún así no lograba dar con la concentración, pues mi situación con el rubio me hacía ignorar el resto de circunstancias que me rodeaban.
-¿Por qué no lo llamas en vez de seguir atormentandote delante esa libreta?- la voz de Marco me hizo dar un brinco. Juraría que no lo oí entrar a la habitación.
-No es tan fácil como crees. Primero, él tiene más compromisos últimamente; segundo, apuesto que aún no quiere verme.
-¿Y tú si quieres verle?
-Claro. Necesitamos hablar con respecto a todo; más porque esto puede colaborar al distanciamiento, y yo... — pausé.
-¿Sí?
-Yo no quiero que él se aleje.
-¿Sientes algo, no?
-¿Q-Qué? Sólo una amistad.
-Tu desesperación indica que lo que sientes va más allá de una amistad. ¿Sabes? Si la cosa es así, no tienes razón para asustarte o ponerte nervioso. Amor es amor, y no hay nada de malo en estar con un hombre siempre y cuando ambos sean felices con ello.
-No tienes que dar ese discurso. Entre Reiner y yo nunca pasará algo en ese tono. Simplemente quiero mantener la relación amigo-amigo.
El pecoso hizo una mueca y tomó aire para hablar; en cambio, se limitó a exhalar y mostrar una cálida sonrisa para luego continuar:
-Está bien, si eso dices. Sólo te aconsejo que no contraries tus sentimientos; en otras palabras, trata de no engañarte.
Acto seguido tomó una toalla y salió a darse un baño, quedando yo con varias emociones revueltas al juntar tanto lo dicho por Marco como lo que ya venía pensando.
-Bertholdt, he decidido que no quiero verte más.
-¿Re-Reiner? ¿Por qué?- sentí cómo en mi garganta se formaba un doloroso nudo mientras que mis palabras se quebraban.
-Lo siento. Superé lo que produciste en mí y, a pesar de ello, prefiero que no quedemos en nada. Es lo mejor para los dos.
-¿En qué forma es mejor?
-Para mí, en que no correré el riesgo de volver a verte como algo más; para ti, en que no tendrás que vivir más incomodidades ni tendrás que darle vuelta al hecho que le gustaste a un hombre.
Me quedé helado sin poder pronunciar nada más. Sin previo aviso y sin consentimiento mis lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas.
La primera persona que se interesaba en mí, que quería ayudarme, que deseó explorar mi carácter introvertido, que hizo tanto en tan poco tiempo, y yo lo acabo de echar de mi vida. Lo espanté haciéndole creer que sus sentimientos no me importaron; principalmente por estar ensimismado en alguien que nunca me correspondió.
-Creo que eso es todo- dijo Braun. -Gracias por permitirme conocerte, Bertholdt. Espero que algún día, cuando nos volvamos a encontrar, ambos estemos felices con nuestras respectivas situaciones. Te deseo lo mejor. Adiós.
-¡Reiner, no!- exclamé al observar a Reiner dando vuelta listo para irse. -
Y-yo me cegué por mucho tiempo, tanto así que no me di cuenta de lo que sentías. Fui egoísta. Nunca quise escuchar a Marco, y ahora me doy cuenta de que él tenía razón.-No es necesario que...
-Me gustas.
Un incómodo momento de silencio salió a flote, tensionando el aura de los dos.
-Es muy tarde para eso- sentenció el rubio. -Es tu turno de sufrir y superar.
-N-no te vayas.
-Fue un gusto conocerte, Bertholdt.
—Re-Reiner...
Esto no puede ser.
Esto no puede ser.
Esto no puede ser.
Mis ojos se abrieron de sopetón, devolviendome a la realidad.
Mi cuerpo yacía estático debajo de las sábanas y mi corazón latía con rapidez. En la cama de al lado, Marco seguía dormido. Todo había sido un sueño, uno desesperante y deprimente, que menos mal no fue como el de la última vez, el cual me causó tal reacción que desperté al pecoso.
Regresando al tema central: ¿qué significaba eso que acabé de soñar? ¿era una señal de lo que posiblemente pasará? ¿Reiner saldrá de mi vida?
Agarré mi celular con rapidez y busqué el número de Braun. Al encontrarlo, oprimí en la opción de llamada sin importarme que fueran las dos de la mañana.
Sonaron tres pitidos cuando escuché una voz ajena a la del rubio al otro lado de la línea.
-¿Quién es?- demandó el hombre desconocido.
-Disculpe la hora. Soy Bertholdt Hoover, amigo de Reiner. ¿Está él disponible?
-Oye, es de muy mal gusto llamar tan tarde. ¿Es importante?
-P-pues...
-¿Sabes qué? No importa. Estamos en un evento relevante y no necesitamos distracciones. Además, Reiner está algo ocupado- hizo cierto énfasis en la última palabra.
-P-perdón, no era mi intención molestar.
-Como sea, no llames más.
Antes de que pudiera recitar una disculpa más, la llamada fue colgada.
Ciertas incógnitas retumbaron en mi cansada y repleta cabeza: ¿quién era aquel hombre y por qué tenía el celular que evidentemente no era de él? ¿qué quiso decir con que Reiner estaba "ocupado"? ¿será que cuando mencionó lo de buscar maneras de olvidarme se refería a buscar compañía en otros lugares?
Palmeé mi frente, de modo que la angustia en mis ojos quedará bajo la tenue presión de mis dedos sobre la parte superior de mi rostro. Respiré profundo y me volteé en dirección a la pared, en busca de alguna opción que me ayudara a mejorar el caso.
-¿Crisis emocional?
-¿No estabas durmiendo?
-Es difícil cuando llamas gente y te mueves como loco en ese pobre colchón.
-Lo siento, trataré de no hacerlo más.
-Tranquilo, creo que mi sueño ha sido ahuyentado.
-Ya veo.
-¿Quieres conversar?
-Por favor.
-Dejaré que te liberes. Di todo lo que quieras.
-Marco, él me gusta.
-Nada que me sorprenda, continúa.
-Tengo miedo de que me deje. No quiero que se vaya de mi vida; no obstante, soy consciente de que demoré en aceptar mis sentimientos y lo más probable es que para éste instante ya me haya superado.
-¿Por qué afirmas eso si no se han visto desde el día que regresamos de Hamburgo?
-Marco, soñé con su despedida. ¿Qué tal que sea una señal del futuro?
-¿Y si es una señal para que tomes dominio y te actives a hacer lo necesario para evitar que aquello suceda?
Una idea surcó en mi conciencia al meditar lo dicho por Bodt, quien quizá tiene razón y ante ello debo comprobarlo.
Mañana apenas pueda iré al apartamento de Reiner a dejar todo en claro. Lo único que me preocupa y que también ansío es que, por favor, él acceda a charlar conmigo.
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It can't be (ReinerXBertholdt)
FanfictionBertholdt Hoover, un estudiante de sexto semestre de medicina residido en Berlín. Para su desapercibida existencia todo parece ir bien, pues estudia lo que siempre le gustó; mejor aún siendo becado en la Universidad Libre de Berlín, no obstante su t...