Reiner me llevó hasta su hogar. Al llegar me dirigió hasta la habitación en la que desperté luego de la vez en la que me buscó al bar. Nada había sido movido de su sitio.
-Dejaré que te des un baño. Toma el tiempo que quieras y usa lo que se te antoje. Si necesitas algo, estaré en la cocina.
-Gracias, Reiner.
El rubio asintió y depositó un beso fugaz en el dorso de mi mano para luego salir del cuarto, quedando yo como su único ocupante.
Haciendo caso a la recomendación de Reiner, saqué una toalla y entré a la estancia donde la bañera me recibía casi invitándome a meterme en ella.
Abrí la llave del agua caliente, pues deseaba relajarme. Cuando todo estuvo listo me introduje en el líquido.
-Aah- solté en un suspiro al entrar en contacto con una comodidad reconfortante; no obstante, mi mente se vio aturdida con varios pensamientos, entre esos, uno que se refería a lo que sucedió hace un rato. Aquel hombre, Zeke, me tiene en la mira; cree que soy su llave para atraer a Reiner. Me intriga el hecho de que alguno de los dos salgamos heridos en ésta situación.
Paso una mano por mi cabello y cierro los ojos mientras analizo la situación. Esto no se puede omitir y darlo por listo. Aunque Braun insiste en querer protegerme, sé que llegará la ocasión en que habrá una pequeña brecha que desencadenará la desdicha.
-Maldición. ¿Por qué deben pasar éstas cosas?- apretujé mi sien con el dedo índice.
Una leve dolencia al costado de mi cabeza me avisó del malestar que se avecinaba, por lo que opté dejar de atormentarme por aquello y mejor disfrutar del cálido baño. Eso sí, sin demorar, ya que Reiner ha de estar esperando por mí.
Terminé de asearme y fui en busca de ropa cómoda dispuesta para mí: un camisón verde manga larga y un pantalón caqui. En cuanto a calzado opté por ser un poco descarado y no ponerme nada para andar. Espero que eso no moleste a Reiner.
Fui en busca del susodicho, quien se encontraba preparando la cena. Apoyé mi mentón en su hombro puesto que mi altura lo permitía, cosa que hizo reír al de gran complexión.
-¿Quieres salsa de mora en tu porción de cerdo?
-¿Salsa de mora?
-Sí, le da un toque sin igual.
-Creo que paso.
-Tú te lo pierdes.
-Oye, Reiner, con respecto a...
-Ya te dije que no te pasará nada y que seré tu protector. Deja de darle vuelta al asunto y ven a darme un beso.
Solté una risa diminuta y caminé en dirección al comedor, ignorando el pedido de Reiner, cuyos ojos se entrecerraron en dirección a mi persona al no obtener lo que quería.
Mientras que él terminaba todo lo referente a los alimentos, tomé la iniciativa y comencé a organizar la mesa, quitando papeles y colocando individuales, cogiendo el centro decorativo abandonado en una esquina del lugar y posándolo en el medio de la superficie.
En uno de los estantes al costado de la sala se exhibían varias fotografías de la familia Braun. Las tomas iban desde la infancia hasta la adultez, lo cual me hizo recordar a mi familia y el rato que llevo sin visitarles. Menos mal el semestre está por terminar y podré dedicarme a ellos.
Estiré mi brazo con el fin de alcanzar un marco en el que se visualizaba a un Reiner de unos diez años. No evité sonreír al ver la inocencia e ingenuidad que transmitía.
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It can't be (ReinerXBertholdt)
FanficBertholdt Hoover, un estudiante de sexto semestre de medicina residido en Berlín. Para su desapercibida existencia todo parece ir bien, pues estudia lo que siempre le gustó; mejor aún siendo becado en la Universidad Libre de Berlín, no obstante su t...