It can't be (ReinerXBertholdt)

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Desde aquel día puedo afirmar que me siento con un aura más liviana, más tranquila. De pronto, mi ser necesitaba de la vivencia de momentos así junto a los que más me importan. Por otro lado, una vez llegamos a la universidad supe que no podía relajarme, pues los parciales finales eran en menos de una semana y todavía no empezaba a estudiar.

Desde entonces me he dedicado a prácticamente vivir en la biblioteca y en los laboratorios, absorbiendo cuanta teoría y fórmula se me cruce. ¿Mi mayor motivación? Bueno sí, las vacaciones, pero aparte de eso quiero conocer a la familia de Reiner. Así como él fue con los míos y ofreció lo mejor de sí, me gustaría de igual modo ir con los suyos y demostrarles una faceta agradable, incluso, creo que el rubio ya les avisó de mi presencia para la festividad navideña, por lo que sería una pena faltar por culpa de alguna habilitación en caso de que pierda una materia. Obviamente eso último no puede pasar. Más vale que no.

En menos de lo que pensé, ya me encontraba delante de la puerta del salón designado para farmacología y toxicología, mi penúltimo examen. Vi la hora: dos y cincuenta de la tarde. Aún quedaban diez minutos, cosa que no me importó y entré, dándome de frente con un ambiente recargado por el estrés y los nervios de los que ya ocupaban asiento. No duré mucho para unirme al conjunto de malestares.

Mi corazón latía de manera desenfrenada. A mi izquierda, Armin mantenía una mirada inquieta mientras que Annie, dos puestos adelante, esperaba al maestro con su característica expresión seria.

Fue cuestión de tres minutos para que el profesor llegara agitado con pruebas en mano; de paso discúlpandose por el retraso como si se hubiese tardado media hora. Y acompañando su actitud acelerada, ordenó de manera rápida que se guardara todo y sólo dejáramos lápiz, lapicero y borrador.

Una vez recibí la hoja con las preguntas miré al techo y pedí que si en verdad existía un ser divino, sea quien sea, por favor me iluminara. Y no es porque no haya estudiado, porque sí lo hice, sino que justamente ésta materia se ha caracterizado como el punto de quiebre del semestre, donde cualquiera puede ganar o puede perder.

Sin cuestionarme un segundo más, fijé toda mi atención a las preguntas escritas en la hoja; acto seguido comencé a resolver.

Habían interrogantes en cuanto a manejo de casos como: "Paciente que llega al cuerpo de guardia víctima de un accidente automovilístico por impacto. Usted lo examina y está inconsciente. Al examen físico general y la palpación abdominal observa signos de hemorragia interna y shock hipovolémico. Tensión arterial 90/60 mmHg (hipotensión severa) y en minutos hace paro cardiorrespiratorio. El equipo médico decide administrar medicamentos con urgencia y realizar maniobras de resucitación.

a) ¿Qué vía de administración usted considera adecuada utilizar y por qué? ¿Ventajas y desventajas de dicha administración?".

También pude encontrar puntos tales como: "indique qué enunciados son verdaderos y justifique; identificar vías de administración y formas farmacéuticas, así como destacar las desventajas de ciertas fórmulas tópicas".

Afirmaría que las secciones de manejo de casos fueron las más complicadas, y desgraciadamente eran las que más valían; no obstante, logré entregar a tiempo a pesar de las dudas que tuve durante el desarrollo de la prueba.

Con un poco de nervios salí del salón a la espera de los resultados, los cuales serían dados de manera inmediata.

La próxima y última evaluación no era tan difícil, por lo que no tenía preocupación alguna por ella; en cambio, si alcanzaba lo propuesto en ésta, básicamente podría ser tomado como una salida a vacaciones, y con esto la visita a la familia Braun.

-¿Cómo crees que te va, Bertholdt?- preguntó Annie haciéndose a mi lado.

-Digo que bien, pero sabemos que cualquier cosa puede suceder.

-Sí. Y...¿qué tal va la situación con ese chico tuyo?

-¿¡Ah!? ¿A-Annie? ¿Quién te lo dijo?

-Marco nos llevó la noticia a todos. Está más que feliz porque su amigo ha conocido a su alguien especial.

Deseé abofetearme para convencerme de que aquello no era real; sin embargo, me limité a posar una mano en el rostro con el fin de ocultar mi evidente sonrojo.

-No tienes por qué avergonzarte. Siendo sincera, también puedo apoyar la postura de Marco y decirte que estoy feliz por ti.

Una ola de sorpresa abrasadora inundó mis ojos, cuya dirección fue marcada hacia la rubia.

-No me malentiendas- prosiguió, -cuando digo eso, me refiero a que, a pesar de que no somos amiguisímos, me da cierta satisfacción ver que no piensas quedarte dentro de la faceta introvertida por el resto de tu vida; además, hemos sido compañeros desde el inicio de la carrera, he observado a cada uno, he visto las diferentes falencias así como las fortalezas, por lo tanto, apreciar un cambio significativo en un compañero me parece de valiente, más cuando se trata de alguien que quiere decidir y vivir para bien.

-Nunca pensé que lo vieras de esa forma. De igual modo, agradezco lo que dices, más porque viene de ti. No de cualquiera espero recibir esas palabras.

-Mejor memorízalas, porque será la única vez que escuches algo así por mi parte.

Solté una risita tambaleante; no por el efecto de su discurso sino por lo excelente que se estaba desarrollando todo ese asunto de Reiner, mi introversión, y mi antigua fijación con Annie.

De algún modo, me llenaba de tranquilidad el hecho de estar delante de la pequeña rubia y ya no sentir algo tan fuerte como antes.

-El maestro dice que pronto tendrá todo listo, así que no se vayan sin recibir su nota.

Armin, como monitor del profesor, se había asomado para dar la razón que aquel le encomendó. Ante la noticia, no hice más que acomodarme en el suelo, confiar en mis capacidades y pensar positivo.

-Éxitos en esto, Bertholdt- deseó Annie.

-Gracias, igu...

Quedé corto, pues la chica ya no estaba a mi lado, a lo que negué levemente con la cabeza y sonreí.