30

578 78 2
                                    

En fines de marzo mis amigas y yo decidimos ir a un curso vacacional de danza. Las instalaciones quedaban fuera de San Sebastián, por lo que, también dormíamos allí mismo en el campamento. Una noche estábamos acostadas en nuestras camas, las tres dormíamos en la misma habitación, cuando Sophie me preguntó sobre el obsequiador anónimo.

—Sólo se hizo presente dos veces. Quizá ya no tiene dinero para andar regalando libros a chiquillas como yo —le respondí.

—La última vez te mandó tres libros; un libro por mes. Espera a ver si ahora en este mes te manda.

—Ojalá que ya no.

—¿Por qué?

—Porque es un desconocido.

—No pensaste en eso al poner esas notas en los globos.

Le clavé la mirada encima y mejor me arropé con toda la colcha sobre mí.

El deseo de JerissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora