Faltaba un mes para ingresar a clases. Al siguiente día serían las matrículas y mi madre debía ir al colegio a hacer ese trámite, mientras ella se iría al colegio yo aprovecharía para irme a la casa de Angie. Solo a ella le podía confiar lo de Gabe Rodd.
Al llegar a casa de Angie decidimos husmear en el perfil de Facebook de Osi. Nos llevamos casi una hora viendo sus estados, sus fotos, sus publicaciones compartidas y nada, absolutamente nada hacía pensar que él fuese Osi.
—¿Lo ves? Él no es Gabe, no tiene nada de Gabe.
—Ni siquiera conoces a Gabe, Jeriss.
—Sí, pero algo me dice que Jeremy no es Gabe.
—¡Ya sé! Solo hay una manera de saberlo.
—¿Cuál? —indagué.
—Tenemos que espiarlo. ¿Cuándo te llegó el último libro?
—Hace menos de dos semanas. Igual y no hay fecha fija.
—No importa. Mañana vienes aquí que nos pondremos ojos a la obra, digo, ojos sobre Osi.

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El deseo de Jeriss
NouvellesJeriss Sulliver ha recibido siempre los mismos regalos de cumpleaños durante sus 16 años. Estando cansada de que nadie le cumple su deseo más preciado, decide hacer algo que parece loco e inusual: suelta varios globos llenos helio en el aire, los cu...