El deseo de Jeriss

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—¿Qué? ¡No, Jeriss! Yo sólo... Sólo quería pedirte disculpas por lo del otro día.

—¿Disculpas por hacer que tu novia quiera golpearme en cada lugar en el que me ve? —inquirí.

—Ex novia y sí..., eso —respondió.

Ahora sí puse los ojos en blanco. Es que no solo tenía que cargar con el peso de que ese par habían terminado sino que ahora Chloe me cogería como objeto de joda a cada instante.

—¿Cómo se te ocurre, Jeremy? ¿Te prestaste para esto de los libros obsequiados con Gabe sabiendo que tienes de novia a una serpiente?

Él asintió.

—¿Por qué? ¿De dónde es ese chico que tú sí lo conoces?

—No puedo decírtelo. —Respondió.

Mi paciencia se acabó.

—Entonces... ¡Vete al carajo tú también!

Me fui de alli a mi salón de clase. En serio ya no quería saber nada de Jeremy ni de Gabe ni de nadie.