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No entendía. Ese era el punto principal. No entendía a qué se refería Gabe con eso de haberlo reconocido. ¿Quién era él que yo debía reconocerlo?

Le respondí de inmediato.

Yo: No, Gabe, ni siquiera sé quién eres. ¿Cómo te reconocería? Lo único de lo que me percaté fue de tu voz. Nada más.

Gabe: ¿Te dieron el libro?

Yo: Sí, muchas gracias. Pero ellos están enojados. Y ya me cuestionaron sobre si te conozco o no.

Gabe: ¿Qué les dijiste?

Yo: Que no.

Gabe: Pero sí me conoces, Jeriss.

El deseo de JerissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora