Hubiese estado inmensamente feliz por el hecho de tener a aquel libro en mis manos. Pero no era así, porque la persona que me lo había obsequiado posiblemente podía ser un loco acosador.
Rápidamente junto a Angie subimos a mi habitación en busca de mi laptop la cual se encontraba sobre mi cama. La cogí y levanté la tapa, estaba descargada. Busqué el cargador y los nervios me hicieron turbar los pensamientos. No encontraba el bendito cargador.
—¡Acá está! —dijo Angie mostrándomelo.
Lo conecté a la corriente de inmediato y me metí al navegador de la computadora.
En Google tecleé "Gabe Rodd." El único resultado que obtuve fue la cuenta de Facebook desde la que él me escribía.
—No existe —susurré dándome por vencida.
—No, sí existe, solo que se esconde tras un pseudónimo —agregó Angie.
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El deseo de Jeriss
Historia CortaJeriss Sulliver ha recibido siempre los mismos regalos de cumpleaños durante sus 16 años. Estando cansada de que nadie le cumple su deseo más preciado, decide hacer algo que parece loco e inusual: suelta varios globos llenos helio en el aire, los cu...