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No abrí el nuevo obsequio hasta esperar que Angie llegase. Luego de veinte minutos tocaron el timbre de mi casa. Fui a abrir inmediatamente ya sabía que se trataba de Angie.

—A ver, mujer, cuéntame lento, pero preciso, ¿cómo mismo son las cosas?

Me reí ante lo que dijo.

—Creo que ya sé quién mismo es el obsequiador secreto.

—¡¡Cuenta!!

Y empecé a narrar el por qué creía que el joven de las encomiendas era el obsequiador secreto.

—Bueno, si el carro no tiene publicidad de la empresa... entonces, ¿la encomienda la tendrá?

—Nah —solté enseguida.

—¿Dónde está el nuevo obsequio? ¿Ya lo abriste?

—Nah —repetí.

—¿Qué esperas?

Tenía el obsequio en la mesita central. Lo cogí y lo puse sobre las piernas de Angie.

—Analízalo y dame tus veredictos —le dije.

Angie tomó el obsequio (un cartón rectangular parecido al del anterior obsequio) y lo miró cautelosamente por doquier.

—Aclaro que la vez anterior te dije que... ¡esto no tiene remitente!

Suspiré. Lo que decía Angie era verdad. Ella me lo había dicho, pero yo me había hecho de oídos sordos.

—¡Mujer! ¿cómo recibes una encomienda sin información alguna?

Tomé la caja nuevamente entre mis manos y la abrí. Dentro había un solo libro. Se trataba de Olivia – Enfermiza Obsesión de Giselle Schwarzkopf. Me quedé muy atónita. Esa historia la había terminado de leer recientemente en una aplicación llamada Wattpad y... ¿cómo sabía Gabe eso?


El deseo de JerissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora