JERISS
Abrí los ojos. La cabeza parecía que me quería explotar. Me di cuenta de que estaba dentro de un carro. No podía visibilizar bien. Pero noté que el conductor era un chico. No percibía muy bien su rostro, pero concluí que era un chico.
—¿Qué hago aquí? —musité.
—Chloe te empujó a la piscina. Te golpeaste la cabeza y justo ahorita estamos en las afueras del centro de salud para que te atiendan.
El chico se bajó del carro, lo rodeó y vino hacia la puerta del asiento del copiloto. Me cogió entre sus brazos y me llevó dentro de las instalaciones del centro de salud.
—Déjame caminar que el golpe fue en la cabeza no en las piernas —le dije. Pero a la vez crucé mis brazos por su cuello. Sentí la necesidad de sostenerme más de él.
—Jeriss, el golpe fue fuerte y no me importa dónde fue. Yo quiero cargarte.
—¿Cómo sabes...? —guardé silencio.
Esa voz era la de Gabe. No hablé más. Solamente traté de visualizarlo bien. Pero la nublosidad de mis vistas no me lo permitía. Lo único que logré casi percibir bien fue su cabello ondulado, la claridad de su piel y el extraño color de sus ojos.
—¿Y la máscara? —le pregunté directamente.

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El deseo de Jeriss
Short StoryJeriss Sulliver ha recibido siempre los mismos regalos de cumpleaños durante sus 16 años. Estando cansada de que nadie le cumple su deseo más preciado, decide hacer algo que parece loco e inusual: suelta varios globos llenos helio en el aire, los cu...