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Me di unos ligeros minutos para respirar el aire fresco que se podía inhalar desde esa altura y comencé con mi propósito: Hice rollitos las cinco notas y las até, cada una, en las tiritas de los globos. Luego, uno por uno, los solté y el viento se hizo dueño de sus destinos dejándolos desaparecer en el cielo despejado.

El deseo de JerissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora