La vida no podía ser más perra sinceramente.
La vida no podía joderme más de lo que ya me estaba jodiendo.
La vida no podía dejarme olvidar a Benjamín tranquilamente.
La vida no podía permitirme ser feliz con mi obsequiador secreto sin saber quien mismo era.
La vida tenía que ponerlo a él nuevamente en mi camino.
Al escucharlo decir todo aquello quise redimirme de mis palabras, pero no.
—Pues lo siento mucho, Benjamín, tuviste seis meses para decirme lo que acabas de decirme ahora. Yo, a diferencia de ti, no puedo decir que te amo. Yo ya te superé —mentí y me fui de allí sin esperar que él viniera a detenerme. En serio no quería seguir hundiendo el dedo en la llaga.
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El deseo de Jeriss
Historia CortaJeriss Sulliver ha recibido siempre los mismos regalos de cumpleaños durante sus 16 años. Estando cansada de que nadie le cumple su deseo más preciado, decide hacer algo que parece loco e inusual: suelta varios globos llenos helio en el aire, los cu...