79

335 51 3
                                    

La vida no podía ser más perra sinceramente.

La vida no podía joderme más de lo que ya me estaba jodiendo.

La vida no podía dejarme olvidar a Benjamín tranquilamente.

La vida no podía permitirme ser feliz con mi obsequiador secreto sin saber quien mismo era.

La vida tenía que ponerlo a él nuevamente en mi camino.

Al escucharlo decir todo aquello quise redimirme de mis palabras, pero no.

—Pues lo siento mucho, Benjamín, tuviste seis meses para decirme lo que acabas de decirme ahora. Yo, a diferencia de ti, no puedo decir que te amo. Yo ya te superé —mentí y me fui de allí sin esperar que él viniera a detenerme. En serio no quería seguir hundiendo el dedo en la llaga.

El deseo de JerissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora