War College 12

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El sótano que utilizaron para esconderse era un lugar bastante amplio. En él se podían observar todo tipo de alimentos no perecederos almacenados en cajas y un frigorífico con aquellos que necesitaban conservarse en frío. Además, también se podían encontrar utensilios de cocina y otros objetos. Todo ello destinado a reponer aquello que se consumiese o rompiese.

-Este lugar es perfecto como escondite -comentó Remi-. Además de que conecta con vuestra casa –dijo esta vez, refiriéndose a Seigari y Nara.

Mientras hablaba, el joven abrió una pequeña compuerta en el techo, apareciendo tras ella un salón.

-Puede venir bien como vía de escape. No les será fácil cubrir ambas salidas.

-Parece que se haya hecho con esa intención –se sorprendió Sarah.

-Seigari siempre ha sido algo pícaro, así que no sería de extrañar. Además, imagino que le servirá en caso de evacuación.

Finalmente, y con un largo suspiro, el chico se relajó en uno de los sofás que había en el salón.

-Adelante, ponte cómoda. Aquí estaremos seguros. Cuando llegue Kareth decidiremos qué hacer –propuso Remi, señalando uno de los cojines que conformaban el mueble.

-Sois unas personas extrañas.

-Yo no me considero así. Puede que los demás sean los extraños. Ya sabes, ¡justicieros!

Sarah rió.

-¿Acaso sois niños?

-En parte, diría que sí. Al fin y al cabo, probablemente seamos más inocentes que quienes viven fuera de Yohei Gakko.

En otra parte de la ciudad, Kareth se mantenía oculto de Karma moviéndose entre los callejones. Sus perseguidores parecían haberse multiplicado, y según su experiencia combatiendo contra ellos, eso no quería decir nada bueno. Pese a ello, seguía sin tener intención de echarse atrás. Tenía que reunirse con los demás lo antes posible.

Así pues, continuó su camino hasta llegar una calle más ancha y larga, por la que si bien las probabilidades de ser visto eran mayores, no tenía más opción que arriesgarse a pasar si quería llegar hasta su destino.

Teniendo eso en cuenta, primero echó un rápido vistazo para comprobar que no había nadie. Tras ello, se atrevió a salir, llegando sin problemas al otro lado de la calle. ¿Cuántas veces más hacer esto? Kareth suspiró, intentando liberar algo de estrés.

Después de un largo rato de silencio entre Sarah, Nara y su tío entraron por la puerta principal de su casa.

-Creía que ibais a tardar más -dijo Remi-. ¿Por qué habéis usado la puerta principal?

-Porque el sótano es para casos de emergencia. Mientras no los haya para nosotros, podemos entrar perfectamente por la puerta principal -contestó Seigari.

Por alguna razón, el tío de Nara parecía disfrutar con todo aquello.

-¿Qué te parece la casa, Sarah? No es gran cosa, pero imagino que es más acogedora que la celda en la que estabas –dijo Nara con una sonrisa triste.

La chica asintió.

-Gracias -respondió ella, mostrándose inusualmente tímida.

-No tienes por qué ser tan formal -se quejó Seigari.

-Lo siento. Es que después de lo que ha pasado, me resulta extraño recibir buen trato.

El hombre se sintió algo molesto por su actitud, pero decidió dejarlo estar, entendiéndolo como algo normal dada la situación.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora