The demigoddess and the necromancer 3

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Sue despertó. Se encontraba en el interior de una celda. Al principio, se sintió un poco desorientada, pero poco a poco, fue recordando lo ocurrido.

Dadas las circunstancias, todo apuntaba a que habían decidido esperar hasta el momento ideal para mostrarles a los demás cómo se trata a quienes predican ideales de libertad. Supuso que la humillarían, torturaría y ejecutarían públicamente.

Lágrimas cayeron sobre sus mejillas. No podía evitar pensar en lo sucedido con el hombre de antes, quien, incapaz de enfrentarse a sus opresores, la había dejado sola.

"Supongo que este es el final. Quizás debería haberme rendido", pensó, sintiéndose de repente muy cansada.

-¡Oye, tú! -mientras tanto, en los aposentos del líder, éste llamaba a uno de sus secuaces- Haz los preparativos para el castigo a la chica. Esos pueblerinos van a aprender de primera mano lo que significa enfrentarse a mí. Ah, y reserva un lugar especial para sus padres. Quiero que lo disfruten –ordenó con una sonrisa macabra mientras su súbdito asentía y se disponía a llevarlo a cabo.

(Varias horas antes)

"-¡Señor! ¡He traído a la chica! –exclamó su súbdito, anteriormente humillado por Kai, mientras entraba triunfante por la puerta. Sólo que esta vez traía como trofeo a Sue.

-Oh, parece que no sois tan inútiles como pensaba –se burló el líder

-Suéltame... –logró decir la chica pese a que se encontraba mareada.

-¿Eh? Creía que la había noqueado. Tendré que volver a dormirla...

-¡Espera! –le detuvo el líder, levantándose de su sitio y acercándose a él.

La chica no estaba muy segura de lo que ocurría a su alrededor. Su visión estaba borrosa y las voces de sus captores se escuchaban ligeramente distorsionadas. Pese a ello, podía entender lo que decían.

-Así que tú eres la que les ha estado causando tantos problemas a mis súbditos, ¿eh? No pareces gran cosa, la verdad –dijo mientras la escudriñaba de arriba abajo-, pero he de reconocer que tienes valor. Lo pasaré en grande contigo. Sin embargo, antes me gustaría hacerte un par de preguntas. Dime, ¿dónde está el chico que iba contigo?

Sus palabras sorprendieron a la joven. ¿Se refería a Kai?

-N-no lo sé...

-Sabes que no está bien mentirme, ¿verdad?

-No es mentira... no lo sé...

-Vaya... que decepción.

Sin previo aviso, el hombre golpeó la mejilla de Sue, tan fuerte que el súbdito que la llevaba a cuestas casi pierde el equilibrio.

La joven no sintió dolor, pero la sensación de mareo se volvió más fuerte y escuchó un fuerte pitido en sus oídos. Además, pudo observarse un hilo de sangre a partir de la comisura de sus labios.

-Lo siento, no es la respuesta que esperaba oír –dijo el líder-. Aunque, por el momento, te perdonaré tu pequeña mentira. Ya buscaremos al otro más tarde. En cuanto a ti, nos servirás para demostrarle al pueblo lo que ocurre con los rebeldes –sentenció mientras se volvía a su sitio. De repente, cayó en la cuenta de algo, girándose en dirección a la chica- Casi lo olvido, tenía otra pregunta que hacerte. Dime, ¿te ha hecho caso alguien?

Debido al estado en el que se encontraba, no llegó a entender la pregunta pero, aunque lo hubiese hecho, tampoco habría contestado. Sólo se estaba burlando de ella por su incapacidad al no lograr convencer al pueblo de rebelarse

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora