A New World 11

32 1 0
                                    


Tras la desaparición de First y May, el cilindro en el que se encontraba Nara empezó a brillar, sorprendiendo a Kai y Kareth.

-¡¿Qué pasa?! –preguntó el segundo, provocando una sonrisa en el rostro de Detz.

-¡Se acabó el tiempo! ¡Gaia ha despertado!

-¡No puede ser! –declaró Kai.

El cuerpo de la chica se convulsionó, abriendo sus ojos, exentos de pupilas, lo que le confirió un aspecto aterrador. Poco después, el brillo se intensificó, obligando a los demás a apartar la vista.

-¡No! ¡No permitiré que esto acabe aquí! –exclamó Kareth, corriendo hacia ella, dispuesto a sacarla de allí.

-¡¿Adónde crees que vas?! –replicó Detz, persiguiéndole.

Sin embargo, Kai lo detuvo mediante un corte horizontal con su espada, con el que infligió una profunda herida en su abdomen. De no haber sido por los reflejos del científico, éste habría acabado dividido en dos.

-¡No darás un paso más! –afirmó el nigromante, situándose frente a él.

-¡Ugh! –se quejó, mientras trataba de taponar con su mano la hemorragia, la cual tardaba más de lo normal en regenerarse- ¡Ja ja ja! ¡Puede que te hayas vuelto más fuerte, pero eso no te salvará! –indicó mientras Kareth alcanzaba el cilindro, momento en que su visión se oscureció y su mente pareció viajar a otra dimensión.

Cuando recuperó la vista, se halló sobre un escenario completamente blanco. No había suelo bajo sus pies ni cielo sobre su cabeza. Lo único que se extendía a su alrededor era un blanco puro.

-¿Dónde estoy? –preguntó, inquieto, apareciendo instantes después una masa líquida verde que se abalanzó sobre él como una ola, logrando evitarla a tiempo de que se lo llevase.

-Parece ser que el Radiar de tu interior ha conseguido conectarse conmigo. La unión de éste con tu cuerpo debe de ser muy fuerte.

Al girarse, se encontró de frente con una forma de vida antropomórfica de color verde. Su tono de voz era femenino, no obstante aparte de su figura y una especie de melena (si es que podía llamarse así, ya que no se diferenciaba de su cabeza) que descendía sobre sus hombros, carecía de cualquier otra característica humana. Además, llevaba una piedra color esmeralda incrustada en su frente.

-¿Quién er...? –se dispuso a preguntar, hasta que la reconoció- Gaia...

-Así es, descendiente. Soy la creadora del planeta y madre de todos sus seres vivos.

Quizás por ser quien era, al estar cerca de ella, no pudo evitar sentirse cohibido.

-¿A qué te refieres con que el Radiar de mi interior se ha conectado contigo?

-Si la unión entre un individuo y una parte de mí misma, como es el Radiar, es muy fuerte, es posible comunicarse conmigo directamente si se dan ciertas circunstancias, como mi invocación. La otra persona aparte de ti que lo ha conseguido ha sido Emil. Aunque no es la única forma de hacerlo, sí la es en el caso de mi verdadera forma.

Si lo que decía era cierto, podía asumir que no se trataba de un sueño o alucinación, sino que al haber tocado el cilindro que mantenía encerrada a Nara, había conseguido llegar hasta ella. En ese caso, aquella era la oportunidad perfecta para hacerle cambiar de idea.

-Sé lo que estás pensando, y yo que tú no me molestaría –sentenció, generando otra ola del mismo color que su cuerpo, que se precipitó de nuevo sobre el joven, quien esta vez corrió para tratar de evitar ser arrastrado por ella.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora