The three global powers 15

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Eirin estaba sentada en una silla de la cocina, en la pequeña casa en la que vivían ella y su padre. Nerviosa, tomó un sorbo de la taza entre sus manos, intentando no derramar el líquido de su interior.

En ese momento, la puerta de la entrada se abrió, sobresaltándola y haciendo que se levantase a ver quién había entrado.

-¡Padre! –gritó al ver a Garth, corriendo a abrazarlo- ¡¿Estás bien?! ¡¿Te han hecho algo?!

-Nada, hemos conseguido escapar ilesos. Aunque las cosas se pusieron difíciles y hubo un momento en que creí que me tenían, pero, por suerte, recibieron justo a tiempo el aviso de retirada.

-¡¿Y los demás?!

-Lo han conseguido, hija mía –respondió el hombre, sonriente-. La facción y la unión han decidido renunciar a la guerra.

Al poco de acabar la frase, Miruru entró en la casa, aunque con cierta timidez, pues era la primera vez que la visitaba.

-Miruru –susurró Eirin.

-¡Ah! –reaccionó la semidiosa- ¡Hola, Eirin! –contentas de verse de nuevo, ambas se abrazaron.

-¡Me alegro de que estéis todos bien! –exclamó Eirin, con lágrimas en los ojos.

-Sí. –dijo Miruru-. Yo también.

-¿Qué pasó después de que vencieseis a los malos? –preguntó Eirin, entregándole otra taza a Miruru-. Perdona por no poder ofrecerte nada más.

-No te preocupes, sé cómo está la situación. Sólo espero que a partir de ahora todo mejore. En cuanto a lo que ocurrió... tras renunciar a la guerra, los gobernadores decidieron que su siguiente movimiento sería informar al soberano del imperio sobre el proyecto Gaia, para lo que tendrán concertar una reunión con él –explicó la joven, riendo ligeramente al caer en la cuenta de que Eirin había llamado a los descendientes "los malos"-. También han decidido aliarse con los Rebeldes. Puesto que tienen el mismo objetivo, no ven motivo para que eso no les aporte beneficios. Y, por supuesto, si la facción deja las armas, se dedicarán menos recursos a ellas por lo que la situación de los ciudadanos debería mejorar gradualmente. De todas formas, Razer se ha encargado de hablar de ello con el gobernador, como parte del pacto.

-Espero que todo salga bien. Muchas personas lo necesitan –dijo Eirin mientras Miruru observaba su expresión de tristeza, recordando una conversación que mantuvo con Alder.

"-¿Querías hablar conmigo? –preguntó Miruru, alejándose de los demás.

-Quería agradecerte que hayas intervenido en todo esto. Sin duda, todos habéis ayudado, pero si no llega a ser por ti, puede que mis dudas sobre Quinque nunca se hubiesen resuelto.

-Dicho así, parece que te haya comido el coco.

-Ja, al decir eso me recuerdas a una vieja amiga mía. Aunque a ella se le daba mejor convencer a los demás de lo que se te da a ti.

-¿Daba?

-Sí, murió hace un tiempo. Por lo que se dijo, fue asesinada por otros cabecillas del bajo mundo a raíz del problema que hubo con el último torneo para elegir líder. Ahora me doy cuenta de que, en realidad, fue Quinque quien lo hizo.

-¿No te referirás por un casual a una mujer llamada Anna?

-¿La conocías? –se sorprendió el hombre, generando la misma reacción en la semidiosa.

-Lo cierto es que Kai y yo participamos en su nombre en ese torneo, a cambio de cierta información sobre alguien a quien buscamos. Al principio no me fiaba mucho de ella, pero era una mujer de palabra.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora