War College 13

499 18 3
                                    

A la mañana siguiente, todos se reunieron en el salón para discutir el siguiente movimiento.

-Por el momento, estaremos todos de acuerdo en que no podemos quedarnos aquí para siempre. No sabemos cuánto tardarán en descubrirnos -dijo Seigari.

-Cierto. Anoche tuve tiempo para pensar –comentó Kareth, recordando lo poco que había dormido-, y eso me sirvió para idear una manera de escapar.

-No pudiste dormir, ¿eh? -Remi sonrió maliciosamente.

-Cállate. Como decía, he encontrado una forma de salir de aquí.

-¿Cuál? -preguntó Sarah.

-En el centro de control de Yohei Gakko existe lo que llaman naves de evacuación. Se idearon para casos de alerta roja o peligro inminente, de manera que, sobre todo los civiles, pudiesen abandonar la ciudad mucho más rápidamente que con los vehículos convencionales. Con lo pocos que somos no habría problema en utilizar una.

-¿Pero cómo llegaremos hasta allí? La seguridad será muy alta -preguntó Remi.

-Gracias a Lethos me enteré de que existe un pasadizo que lleva directamente hasta allí. Por si alguna vez lo necesitaba para ayudarles a salvar civiles. Si lo utilizamos, evitaremos la mayor parte de la seguridad –explicó Kareth-. En cualquier caso, habrá que ir con cuidado, ya que probablemente, Lethos lo haya tenido. Dudo que podamos evitar la lucha.

-No te preocupes. Ya me lo imaginaba. –dijo Remi, levantando el brazo y enseñando bíceps.

-Otra cosa. -Kareth miró tanto a Seigari como a Nara-. Me gustaría que no nos acompañaseis.

-¡¿Qué?! –gritaron ambos al unísono.

-No quiero poneros en peligro, e incluso si han llegado a vernos entrar, podéis decir que os forzamos a escondernos. Además, ninguno de vosotros se ha inyectado Radiar. Siento decíroslo así pero, si nos acompañáis, sólo seréis una carga.

-Chico, puede que no sea la persona más cuidadosa, pero para esta misión necesitaréis toda la ayuda que podáis reunir. Incluso si no es de gente con poderes. –dijo Seigari.

-No creo que seáis de mucha ayuda –replicó Kareth.

-Entonces tendré que demostrarte lo contrario.

De repente, el hombre se desplazó hasta uno de los armarios y los abrió. Tras esto, quitó las cajas que había dentro, así como un tablón situado sobre uno de los laterales, de donde sacó un revólver.

-¿Un revólver? –preguntó Remi, sorprendido.

-No uno cualquiera. Éste lo he hecho yo mismo –contestó Seigari mientras lo observaba, sonriente.

-No sabía que tenías ese tipo de... aficiones –comentó Kareth, quien reaccionó igual que su amigo.

-Este viejo guarda muchos secretos –el hombre les guiñó un ojo-. Esta maravilla dispara cargas explosivas, por lo que una simple bala puede llevarse a 5 o 6 por en medio. Lo único malo es que no tiene mucha munición. ¿Sigues pensando que sólo voy a ser una carga? –sentenció, cargando el arma.

Kareth resopló, rascándose la cabeza.

-Admito que puede sernos útil un arma así, pero...

- Yo también voy –interrumpió Nara, decidida.

-¿Eh?

-He dicho que yo también voy.

-No. Ya me cuesta aceptar que venga Seigari, como para que también lo hagas tú.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora