The demigoddess and the necromancer 17

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-¡Kai! –exclamó Miruru mientras sus compañeros corrían hacia ellas.

-¡¿Estás bien?! –preguntó Kai, ayudando a levantarse a Miruru.

-Sí, no te preocupes por mí –dijo la semidiosa, llevándose la mano al pecho- ¡Cough! ¡Cough!

-¡Descansa aquí! –le pidió su compañero.

-¡No! ¡Espera! ¡Runya! ¡¿Cómo está ella?!

-¡Ha recibido bastante daño pero está estable! –comentó Drake mientra él y Seph la ayudaban a incorporarse- ¿Puedes ponerte en pie?

-Las piernas no me responden –dijo Runya apretando los dientes por la rabia y la impotencia que sentía.

Mientras la ayudaban a sentarse, apoyando su espalda sobre una pila de cajas, Miruru la miró preocupada.

-Déjalo. Sólo vas a hacer que me sienta peor –replicó Runya, desviando la mirada.

-Entonces, eso que me dijiste...

-Este mundo es muy cruel. No lo olvides –sentenció.

Por otro lado, Jake consiguió salir del montón de cajas bajo el que había quedado enterrado, acariciándose la nuca por el dolor.

-Reconozco que ha sido un buen golpe –dijo, entre arrogante y enfadado.

Sin bajar la guardia, Kai le encaró, haciendo aparecer los dos brazos de Hel.

-Impresionante. Nunca había visto algo parecido.

-Me alegra que te guste, porque será lo último que veas –amenazó el nigromante.

-Ooh, que agresivo. Yo que tú, no me pondría tan gallito. No eres el único que tiene ases en la manga.

De repente, el chico agarró su propio brazo, que comenzó a transformarse.

-¡¿Qué está pasando?! –preguntó Seph, horrorizada.

-¡No puede ser! –se sorprendió Kai.

El brazo de Jake se había vuelto grande y negro, dejando ver garras largas y afiladas al final de sus manos.

-Lo sabía –murmuró el nigromante.

Pese a que aquella transformación parecía dolerle, Jake mantuvo la compostura, adoptando una expresión orgullosa.

La imagen del monstruo al que se enfrentó en el pueblo le vino a la mente. Cuando aquel hombre se inyectó Radiar y terminó transformado irreversiblemente.

-¡No te distraigas! –exclamó Jake, lanzándose contra el nigromante, quien bloqueó el ataque con una de las manos de Hel mientras la otra intentaba aplastar al mercenario.

-¡Demasiado lento! –se burló Jake, esquivándolo con facilidad.

-¡¿Tú crees?!

Detrás de su adversario surgió uno de los brazos de la invocación, agarrándolo de cuerpo entero y lanzándolo contra la pared.

-Que sea grande no significa que sea lento –contestó Kai.

Atravesando la polvareda que se había formado por el choque, Jake acometió de nuevo contra Kai. La diferencia era que, esta vez, tenía ambos brazos transformados.

-¡Maldita sea! –se quejó Kai mientras utilizaba las manos de Hel como escudo. Por desgracia, éstas cedieron, no dejándole más opción al chico que saltar hacia atrás para esquivar el ataque.

-Si pudiese invocar a May, lo purificaría, pero entonces no podría defenderme. En ese caso...

Mientras pensaba qué hacer, su adversario insistió en su ataque, aunque Kai ya estaba preparado para ello.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora