The Legacy of Emil Greenard 5

86 7 0
                                    


-¡¿Hermanos?! –se sorprendió Miruru.

Al mismo tiempo, Kai e Ivel se giraron hacia ellos, intentando buscar una explicación. Por su parte y la de Quattuor, no hubo apenas reacción.

-No parecéis muy sorprendidos –resaltó Eigar.

-Lo cierto es que ya habíamos barajado esa posibilidad desde que Quattuor nos contase cómo escapamos del proyecto Gaia –comenzó Kareth.

-Que no estuviesen seguros de quién de los dos iba a ser el próximo descendiente también nos dio algunas pistas. La teoría de que tuviésemos algún parentesco parecía la más lógica –añadió Sarah, asintiendo.

-En efecto, la predicción que recibió Detz de Gaia decía que el bebé que tuviese vuestra madre sería el próximo descendiente. Ninguna información más al respecto. Por tanto, cuando nacieron mellizos, se complicaron un poco las cosas –explicó el hombre.

-Mellizos... todavía no me lo termino de creer... –intervino Miruru, sintiéndose perdida.

-¿No estás exagerando un poco? –comentó Kai, con una sonrisa irónica.

-En cualquier caso, ¿cómo terminamos separados si escapamos de allí los dos juntos? –preguntó Sarah.

-Sí, ella estaba con Darker, mientras que yo vivía en Yohei Gakko. Además, ¿qué pasó para que ambos nos sometiésemos a la inyección de Radiar? –continuó Kareth.

-¡Alto! Una cosa detrás de otra. Si queréis conocer todas las respuestas, tendré que empezar desde el origen de todo. Y con ello me refiero a hace 500 años.

-¿500 años? –se extrañó Kai- Eso queda en los inicios de la guerra, ¿no es así?

-De hecho, antes incluso –corrigió el hombre, confundiéndoles- Ésta es una historia que me contó Detz cuando yo todavía formaba parte del proyecto Gaia. Una historia sobre él mismo y lo que dio lugar a la Guerra Eterna. Y es que el verdadero nombre de Detz no es otro que Emil Greenard.

Se hicieron unos segundos de silencio durante los cuales nadie reaccionó. Pasado ese tiempo, hasta Quattuor parpadeó incrédulo, decidiendo prestar más atención a lo que Eigar tenía que decir.

-¡¿Eh?! –exclamó Miruru, quien fue la primera en hablar tras aquella revelación- ¡¿Te refieres al descubridor del Radiar?!

-¡¿El mismo científico que mostró al mundo su existencia y sus propiedades?! –añadió Kareth.

-¡¿No murió durante la explosión en Genese?! –les siguió Sarah.

-Eso fue lo que pensó el resto del mundo, pero lo cierto es que aquella explosión provocó que se transformase en un ser inmortal.

-Y, por ello, ser capaz de vivir hasta el día de hoy. –sentenció Kai.

-Exacto. La intención que tenía Emil por aquel entonces era probar la existencia de Gaia, algo que, incluso a día de hoy, sigue siendo una leyenda. Con ese fin, se establecieron instalaciones de investigación debajo de lo que posteriormente sería Genese.

-Ahí es donde se encuentra el centro de mando del proyecto Gaia, ¿cierto? –indicó Quattuor.

-Antes de crear el proyecto Gaia, Emil... quiero decir, Detz... ¡Bueno, qué más da! El caso es que reconstruyó esas instalaciones para usarlas en sus propios fines.

-¿Él solo? –preguntó Miruru, a lo que Eigar respondió negativamente con la cabeza.

-Para entonces ya contaba con ayuda, pero eso es algo que os contaré después. Antes de la guerra, allí se realizaban diversos experimentos para intentar contactar con Gaia. De entre ellos, sin embargo, destacaban dos: el primero, el desencadenamiento de ondas sísmicas artificiales y controladas; y el segundo, crear un espacio natural lleno de flora y fauna. Ambos con el fin de estimular y atraer el núcleo del planeta a la superficie.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora