A New World 10

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De una patada a su pecho, Kareth consiguió hacer retroceder a Detz, quien se transformó y agarró de la pierna al chico, lanzándolo contra una de las paredes de la sala.

En otras circunstancias, eso habría sido un duro golpe, pero su último entrenamiento le hizo mantener el equilibrio en mitad del aire, logrando así apoyar los pies en la superficie vertical e impulsarse hacia el líder del proyecto Gaia, asestándole un puñetazo que fue fácilmente detenido por éste.

Su contraataque no se hizo esperar y, con su mano libre, arremetió contra el joven, quien se agachó para esquivarlo y dirigió su talón hacia el mentón del hombre, elevándolo en el aire. Entonces, saltó tras él y continuó con una serie de puñetazos a su abdomen que sentenció con otro talonazo en el centro de su cráneo, arrojándolo de nuevo contra el suelo y levantando con ello una gran cantidad de polvo y escombros.

Ahora tenía vía libre. Pensó mientras corría hacia Nara. Pero, para su desgracia, un rayo de energía rojiza se cruzó en su camino y le hizo detenerse. Aunque éste era más pequeño que otros que había visto antes, supo que, de haberle alcanzado en un punto vital, hubiese significado su muerte.

No contento con ello, su adversario disparó más proyectiles, obligándolo a desplazarse en dirección contraria para así evadirlos.

-¡No creerías que te lo iba a poner tan fácil! –exclamó Detz, apareciendo a su lado, casi como salido de la nada, y acometiendo contra Kareth por uno de sus costados, haciéndole rodar por tierra hasta que pudo ponerse en pie de nuevo, con una mueca de dolor en su rostro.

Mientras tanto, Unum y Kai seguían con su particular combate, con el primero protegiéndose de los ataques del segundo, gracias a una plataforma de hierro que había creado a partir de varios de sus mecheros.

Los ataques eléctricos se sucedían uno tras otro mientras se combinaban con los poderes de Hel, sin pretender dar tregua al descendiente. Y fue al término de uno de ellos cuando finalmente consiguió que bajase la guardia, aprovechando el electromagnetismo de End para atraer la plataforma hacia sí durante unos instantes que utilizó para atacar con varios cortes llameantes, los cuales impactaron contra una gran llamarada producida por Unum y otro de sus encendedores.

-¡Vas a tener que trabajártelo más para vencerme con fuego! –declaró, mientras dividía las llamas en diferentes corrientes que se precipitaron sobre el chico desde todos lados, habiendo de cubrirse con la armadura de su invocación- ¡Aún no he acabado! –continuó, mientras le arrojaba otra plataforma de hierro, transformada esta vez en una lanza, candente por la alta temperatura a la que había sido expuesta, que fue penetrando poco a poco su defensa.

-¡Maldita sea! –se quejó el nigromante, quien, en un intento desesperado por librarse del objeto, desvió su trayectoria al magnetizarlo contra el suelo.

Pese a ello, había quedado desprotegido contra las llamas, por lo que ordenó rápidamente que las espadas, ayudadas por el poder de Hel, realizasen un potente corte con el que logró acabar con la técnica de Unum, salvándose por los pelos.

-¡Oh! ¡Nada mal! –se sorprendió el descendiente, aunque en él pudo notar un gesto de desdén- ¡Me pregunto si serás capaz de repetirlo!

Momentos después, se hallaba en mitad del aire, condensando una pequeña cantidad de líquido en una masa redonda que emitía vapor. De ella, surgieron multitud de gotas, formando una lluvia que se precipitó sobre Kai, quien corrió hacia un lado para evitar ser congelado.

-¡Primer espíritu: Kagami! –exclamó, desviando algunas de ellas- ¡Octavo espíritu: Sázam! –esta vez aumentó la velocidad de su cuerpo, situándose detrás de Unum para inmovilizarlo, aunque sin éxito, ya que éste interpuso una plataforma de hierro entre los dos- ¡Tercer espíritu: Etheria! –continuó Kai, tocando dicho objeto y devolviéndole la forma de varios mecheros, tras lo que dirigió una patada a la mandíbula de su adversario, seguida de una coz a su abdomen, con la que lo lanzó de espaldas a tierra.

Yohei GakkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora