Naruto

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Tengo tanto color ttebba~ me duelen mis patitas, no me quiero levantar, quiero estar echado todo el día, mi camita me pide permanezca aq ¡Sasu! - el gato rubio medio grito en una mezcla entre petición y ruego, le gustaba la cercanía del gato negro, se sentía de algún modo protegido por él, pero él mismo se sentía extraño pidiendo de esa forma, cuando en su corta vida no lo hacia.

Pero Sasuke estaba castigado.

Sí. Castigado dentro de su caja de viajero. Cómo preso purgando sus crímenes. Acusado de intento de homicidio en primer grado con agravio a la pantorrilla de su amo, del hombre que le daba techo, comida y salud, sin derecho a fianza por lo menos no ese día, eso hasta que su abogado llegó...

-¡oh, vamos Itachi, deja que Sasuke vaya con Kyubi, no seas insensible ¿no ves que de mal se siente mi pequeña, linda y sexy mascota?

Sasuke tenso sus orejas y se pego a los barrotes de su celda "tendrás mi gratitud rubio descerebrado si convences a mi amo para que me otorgue el perdón" Meowww

—No — respondió el pelinegro

—¡insiste rubio! ¡Prueba con la seducción"

— Anda cariño, así se entretienen jugando y nosotros jugamos en tu habitación — Deidara le guiño el ojo.

¡ah ja! ¡Ahí está, ya lo tienes! ¡Ya lo tienes!

Itachi se imaginó el panorama, lleva horas sin diversión con el rubio que ahora se le ofrecía como soborno.

Sintió la ley caer a sus pies cuándo el pestillo de la jaula cedió dándole absoluta libertad el preso de pelaje negro, quien salio para perderse entre los sillones de la casa.

Antes de que Sasuke se perdiera por completo salto a uno de los sillones y miro a Deidara, maullo en agradecimiento.

Deidara sintió las mejillas y las orejas calientes, era la primera vez que ese gato gruñón le maullaba sin mostrarle los colmillos, enseguida su campo de visión se vio interrumpida por el rostro de Itachi quien de inmediato pensaba cobrarse el soborno hecho.

—¡Rayos Ita, no seas calenturiento! — protestó.

—Calla, tú te pusiste en charola, ahora cumple.



Naruto vio a Sasuke corriendo en su dirección "rayos esto comienza a suceder a menudo"

A pena el gato negro estuvo cerca de el comenzó a olisquear, olía dulce con cítrico, fresco y, aunque el detestaba las cosas dulces sintió la saliva acumularse en su boquita. Una sensación nunca antes vivida se acumuló en su estómago, la vista se nublo al dilatarse las pupilas, a pasitos cortos, tanteando el terreno se acerco a Naruto, quien sin mostrar algo parecido hacia Sasuke, le hizo espacio.

¡te dejaron libre! Que bueno ttebayo, yo me siento enfermito, ¿vas a cuidar de mi? —Naruto no pudo evitar el pucherito que se instalo en su boquita.

Sasuke buscó saliva par tragar, pero tenía escasez de baba, por lo que tragar se le hizo doloroso. Así que solo asintió en respuesta.

Oe Sasu~~dijo alargando la "u" — ¿recuerdas que hace poquito te di un besito?

—"ay no, ¿en serio va a tocar ese tema ahora?" — pensó el azabache.— ah, , , — respondió.

Yo...yo sentí mariposas tebba, ¿t-tu sabes el porqué? ¿, tu también las sentiste? — preguntó nervioso el minino.

"ah~ yo las sentí mucho antes tonto rubio, mucho antes"

—Es, bueno es, ¡claro que se la respuesta! ¿Tu, no? ¡Ash cómo puede ser que no sepas! — "¿qué rayos estoy diciendo?"

Naruto ladeó su cabecita, dándole un aspecto demasiado tierno, algo que rompió la poca cordura del azabache quien soltó lo primero que su agonizante cerebro le dicto, además Hinata le había explicado a Itachi sobre que era un gato homosexual y que debido a eso le gustaba un macho y no una hembra así, que su lógica le llevo a concluir que las mariposas eran el síntoma innegable para ser homosexual.

Esas mariposas, son por qué eres homosexual con olor a hembra!


Itachi escuchó los maullidos algo subidos de tono y dejo de besar la piel expuesta de su novio, para correr a separar a los gatos que quizá ahora peleaban.

A penas llegó vio a Kyubi sentado sobre sus patitas traseras con la cabecita inclinada, dándole un aspecto de confusión y a su gato en sus perfectas cuatro patas quien respiraba de forma agitada, por que el área de sus costillas se hundía, como queriendo jalar mas aire.

Deidara salio acomodándose el cuello de la playera —¿Que pasó?— interrogó mirando a su novio.

—Nada, creí que estaban peleándose, pero — apuntó a los gatos— están bien.

Naruto se levantó y camino balanceando sus caderitas hacia Sasuke. Luego le dio un zarpazo en la mejilla.

¡Que no soy hembra tebbayo!

Deidara y Itachi abrieron los ojos sorprendidos.

Los dilemas de un gato gruñón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora