Yo solo te quiero a ti

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Naruto bajo de la camioneta con la cola encrespada y alzada, lo que en idioma gato era estoy mega encab...enojado. No me hables, respires cerca de mí, es más busca un bosque pierde el mapa y desparece.

Sasuke bajo tras de el pero a una distancia prudente, no era tonto, el sí quería vivir.

—¡Kyubi! No te alejes, ¡espera ahí!— Deidara le grito cuando lo vio alejarse de ellos

Naruto por su puesto giro a verlo totalmente enojado.

Pero dicen que para un loco otro ¿no?

Bueno. Deidara odiaba esa clase de miradas y como el rubio consideraba un hijo al minino pues, ya saben, el era la madre y hacerle eso a una madre es como firmar tu condena a muerte.

Deidara no iba a permitir  indisciplinas en esa familia. Soltó las maletas que ya tenía en las manos y corrió tras el gato, quien también se hecho a correr. El gato salto a un columna y ante de perderse tras ella Deidara le lanzó un zapato provocando que Naru perdiera el equilibrio y cayera  sin posibilidades de restablecerse durante el trayecto, pero ninguno de sus dorados pelos toco el suelo por que Deidara corrió atrapándolo en el aire.

—¡Meowww! ¿Estas loco amo cabeza hueca? ¡pude matarme! ¡Sasu! — llamó

Era la oportunidad perfecta del temecito de limpiar su nombre.

Sasuke corrió y en el camino pensaba que dañar al novio de su amo no era bueno, así que haría lo qué jamas en la vida o al menos en la suya haría.

Rogar.

Mandar a su orgullo al pan.

Lloro por su perdida.

Para cuando estuvo a la pies de Deidara, trago lo ultimo de su orgullo y maullo subiendo sus patitas a las pantorrillas del rubio.

Deidara quedo en shock y soltó al rubio.

—¡Oh mi dios!— exclamó el rubio llevándose ambas manos a la boca para ahogar un grito mas emotivo.

¿Esa es tu cara cute?

Itachi se acercó a ellos sin poder creer lo que Deidara decía y sí. Su negro, amargado, vengador y salvaje gato tenia los ojitos grandes y las orejitas sumisas.

Lastima que no tuvo una cámara para inmortalizar aquel día.

Naruto ronroneo cerca de él y le dio un par de empujones suavecitos con la cabeza.

Valió la pena cada segundo de humillación.

Después del suceso histórico todos fueron a comer algo y a sacar sus trajes de baño para ir de inmediato a la playa.

Naruto no dejaba de darle mimos a su novio y Sasuke no dejaba de babear.

El gato negro corrió al mar y jugo por un rato, Itachi estaba feliz de verlo convivir y se metió junto a él.

Todo estaba saliendo muy bien en las vacaciones.

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Los dilemas de un gato gruñón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora