Margen Penitenciario de Tonalá

Tin marín

BAEKHYUN

Recuerdo haber corrido hasta que mis piernas ardieron y sentí la necesidad de escupir mi corazón sobre una mano debido a la fatiga. Recuerdo haber tenido miedo de mirar para atrás, pero también de seguir avanzando porque no tenía una dirección fija a donde ir. Recuerdo haberme sentido solo, desesperado por darme media vuelta y volver por mis amigos.

En ese momento, cuando las cosas sucedían tan deprisa y sin descanso, pensé que todo se sentía irreal. Seguramente porque hacía mucho no era libre realmente y dar un paso fuera de prisión se había convertido en un sueño. Y me sentía en un sueño. Como si en realidad yo no estuviera huyendo de YiFan con un arma en la mano.

Así que me desperté de aquel sueño cuando el guardia se lanzó encima mío y casi me aplasta con su enorme cuerpo. El tipo no parecía en forma, pero sus piernas largas le permitieron alcanzarme al poco tiempo para luego caer con toda esa masa en reposo que guardaba en el cuerpo. No me estaba burlando de YiFan, solo me di cuenta de su barriga cuando estaba debajo de él intentando arrastrarme como fuera para huir exitosamente.

Al parecer yo no estaba entendiendo nada, porque él me puso una rodilla sobre la espalda, siempre ejerciendo presión para evitar que yo volviera a escapar, y se limpió el sudor que la carrera le había provocado.

—BaekHyun, ¡corre! —apremió antes de soltarme y mirarme con detenimiento.

Entonces dejé de correr.

Qué terco era yo a veces. Pero si alguien te apunta con un arma en la frente, tú intentas huir para que no te maten. Y si luego descubres que quien te quiere disparar te apremia para que corras, entonces la cosa se pone rara.

«Tengo un amigo que nos va a ayudar a escapar. Me debe una, no te preocupes.»

La voz de ChanYeol resonó en mi cabeza, como si desde la distancia estuviera intentando hacerme entender la situación. ¿YiFan era el amigo que nos estaba ayudando a escapar y no un estúpido guardia que se había dado cuenta de nuestro plan? No quiero mentir, me comenzó a doler la cabeza por la confusión, pero no me quedé esperando respuestas cuando seguramente toda la policía del país nos estaba buscando.

Así que me levanté y corrí de nuevo, solo que esta vez me dejé guiar por YiFan. Ver que KyungSoo y SeHun también parecían confiar en el guardia me confirmó que era un aliado útil, así que concentré mis preocupaciones en otra cosa: el siguiente paso. ¡No tenía idea qué seguía a continuación! Era como si hubiera saltado afuera del barco sin saber nadar.

Cuando creí que nuestro destino era morir corriendo de los guardias, YiFan nos acercó a una amplia camioneta negra. Pensé que el guardia nos mandaría en alguna dirección para que pudiéramos escapar, pero él mismo se fue al asiento del piloto y encendió el auto rápido para salir a toda velocidad.

No perdí el tiempo y me quité el uniforme, dejando al aire las prendas que me ofrecieron en los baños para no ser reconocido por las calles. Además, el color del uniforme, ese molesto café claro que solo me provocaba náuseas, me tenía harto. Me quedé en unos jeans claros y una camiseta que me quedaba algo grande, aunque para mí era perfecta y cómoda.

Así que mientras yo iba metido en un auto que serpenteaba hacia la autopista para sacarnos de la ciudad lo más pronto posible, recordé la última vez que me había subido a un auto en esas circunstancias. Recordé que teníamos mucho dinero por esconder y que la necesidad de ocultarlo era enorme. Recordé que había hecho esa locura por él, quien en un ataque de nervios se detuvo para enterrar el dinero en medio del bosque y terminó muerto a mi lado. Recordé que su sangre llegó a untarse en mi camisa. Y recordé que vi en sus ojos tranquilidad al saber que habíamos hecho lo imposible por no dejar que la policía encontrara el dinero.