19. Reencuentro

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Cuando llegué a casa de Carla, ella y su madre me recibieron con alegría y espontaneidad, una actitud que me hizo sentir mejor al momento y que necesitaba en aquellos momentos. La madre de Carla me regañó por no haber contado con ellas desde el principio, pues al parecer Carla se lo había contado todo antes de que yo llegara y ella misma se sintió mal por no haber hecho nada antes. Me ayudaron a acomodar mis cosas en la habitación en la que iba a quedarme y poco después de haber acabado, Carla entró en mi habitación para que le contara bien todo lo que estaba pasando. Se lo expliqué todo, desde quien era Pablo hasta todo lo que habíamos vivido juntos, incluidas las disputas con Jackie:

- ¿Y estás segura de que no quieres irte con él? Viniendo aquí solo estás cediendo a lo que quiere ese arpía de Jackie.- dijo ella.

- Lo sé... ¡pero es que en el fondo tiene razón! Sé que si me hubiese ido con ellos hubiese estado bien, muy bien, pero solo hubiese hecho que hacer el golpe más duro. Seamos realistas... no tengo nada que ver con él, Carla.

- ¿Cómo que no? Ambos sois músicos- dijo ella intentando animarme.

- Es lo único que tenemos en común. Nuestras vidas son muy diferentes, opuestas, incompatibles...

- Deja de martirizarte- me interrumpió- ya te dije hace unos días que nunca sabes cómo pueden cambiar vuestras vidas. ¿En serio vas a perder la oportunidad de vivir algo tan mágico con alguien?

Me quedé muda. ¿Y si tenía razón? Estaba hecha un lío. No me reconocía a mí misma. Siempre había sido alguien con las ideas muy claras, siempre había sabido lo que quería en mi vida pero Pablo la había conseguido poner patas arriba. Jamás había sido tan insegura. Cualquier cosa que me dijeran influía en mis pensamientos, e igual que Jackie había hecho que me derrumbara, Carla estaba consiguiendo que lo viera de otra forma más positiva:

- Es muy probable que acabes sufriendo, Henar. – siguió Carla ante mi silencio- ¿Pero quién no sufre por amor? Las mejores historias están llenas de sufrimiento y superación, y aunque al final acabase mal al menos tendrías la sensación de haberlo intentado y de haber vivido algo único.

- Mierda, Carla. ¿Por qué es tan difícil? Podrías decirme que hay mil peces en el mar y que me olvidara de todo.- dije intentando bromear aunque con lágrimas en los ojos.

- Te diré eso si es lo que quieres, pero veo que sientes cosas muy fuertes por él y no soy nadie para empujarte a no vivir algo que, cuanto menos, es especial.

Mi móvil comenzó a sonar. Como si supiese que estábamos hablando de él, Pablo estaba llamándome. Miré a Carla, asustada, con el corazón a cien y la boca seca:

- Cógelo- me animó- O lo cojo yo.

Antes de que Carla se hiciese con mi teléfono, lo cogí y descolgué con rapidez:

- ¿Si?- pregunté como una tonta sabiendo exactamente que era él y provocando la risa de mi amiga.

- Henar, soy Pablo- dijo él- Necesito que hablemos.

- Pablo, yo...

- Lolo me ha contado que te vas a quedar en casa de una amiga.

- Sí.

- Y también me ha contado que Jackie ha estado en el hotel.- dijo con dureza.

- Eso no tiene nada que ver.

- Sí tiene que ver. Tiene mucho que ver, Henar. Por favor, necesito hablar contigo. Ven a cenar conmigo... por favor.

Su voz sonaba desesperada y triste y una punzada se apoderó de mi pecho. Miré a Carla, que a pesar de seguramente no estar enterándose de nada al hablar en castellano, solo hacía que sonreírme y asentir con su cabeza:

Bajo el cielo de París [Pablo Alborán] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora