33. Agua caliente

638 41 24
                                    

A la mañana siguiente, lunes, me desperté justo cuando sonó el despertador de mi padre, que debía ir a trabajar. No había pensado en eso. Antes de que saliese de su habitación, aprovechando los cinco minutos que solía tardar en desperezarse y vestirse, quité el brazo de Pablo de encima de mí con cuidado y salí de su cama intentando no despertarle, consiguiéndolo sin problemas pues estaba profundamente dormido. Sonreí al ver su carita mientras dormía, pareciendo estar relajado y a gusto, y volví a mi habitación con el mismo sigilo que la noche anterior. Por suerte, llegué a mi cama sin tener que lamentar nada y pocos minutos después, tras oír como mi padre salía de su habitación, pude ver como se asomaba a mi cuarto, seguramente para comprobar que siguiese estando allí, sola. Agradecí por una vez en mi vida el tener el sueño tan ligero y haber podido escuchar el despertador, volviéndome a quedar dormida al poco rato pues aún era muy pronto y me apetecía seguir durmiendo.

Me levanté definitivamente un par de horas después, y al comprobar que Pablo seguía durmiendo y de que mi madre estaba a bajo desayunando, decidí meterme en la ducha. Me puse el agua lo más caliente que pude y enseguida mi cuerpo comenzó a sentir escalofríos por el placer que esta provocaba al caer sobre mi piel. Feliz, comencé a cantar una melodía inventada y me sentí literalmente en el cielo, cerrando mis ojos. En una de las veces en que los abrí, dejando de cantar para coger el jabón, me asusté al ver una nariz pegada en el cristal de la mampara. Era Pablo, que me miraba divertido e intentaba ver más allá del vapor que me rodeaba:

- ¿¡Qué haces!?- grité mientras tapaba mis pechos y mi zona íntima.

- Observarte.- dijo simplemente él.

- Ya veo... pervertido.- dije provocando su risa.

Le vi desaparecer y aquello hizo que me relajase, pero pocos segundos después sentí frío y pude ver cómo Pablo entraba a la ducha, desnudo y con una sonrisa que no auguraba nada tranquilo:

- ¿¡Estás loco!?- volví a gritar tapando mi anatomía.

- No, solo tengo ganas de ducharme- dijo intentando hacerse el inocente.

- Mi madre está abajo, Pablo- le advertí.

Él sonrió, acercándose a mí peligrosamente y posando sus manos sobre mi desnuda cadera:

- Te equivocas, acaba de salir para comprar.- me anunció provocándome un placentero escalofrío- Me ha dicho que iba al centro, así que este es un buen momento para estar los dos solos y, perdóname, pero no pienso desaprovecharlo.

Su voz era ronca y profunda y trasmitía un deseo y una pasión que no me dejó indiferente. De hecho, mi cuerpo se fue acercando al suyo casi instintivamente y en pocos segundos mis pechos toparon contra lo bajo de su pectoral, notando como este se tensaba:

- Si haces eso no voy a poder esperar...- gruño Pablo acercando sus labios a los míos y jugando con el roce de los mismos.

- Nadie te está pidiendo que esperes- solté pudiendo ver al instante como crecía su deseo en cada rincón de su cuerpo.

Se acercó a mí como si fuese un lobo abalanzándose sobre su presa y aprisionó con ferocidad mis labios entre los suyos. Enseguida su lengua hizo acto de presencia deleitándome con su sabor y su pasión mientras sus manos acariciaban cada rincón de mi piel. Mis manos copiaron sus gestos y enseguida se posaron sobre su pecho y su espalda, sintiendo bajo las mismas como la piel se le erizaba con cada uno de mis contactos. No pudimos hacer otra cosa que dejarnos llevar por las ganas que teníamos de sentirnos otra vez.

Noté la erección de Pablo en mi vientre y sin poder esperar se puso un preservativo que había dejado al entrar en la repisa de la bañera y en un abrir y cerrar de ojos me cogió en brazos y comenzamos a hacer, una vez más, el acto que demuestra más amor, deseo y pasión entre dos personas. Nos teníamos demasiadas ganas. Nuestros cuerpos se negaban a dejar un pequeño espacio entre ellos y nuestras manos acariciaban el cuerpo del otro de una forma frenética para no perderse ni un solo rincón del mismo. El éxtasis llegó haciéndonos desfallecer de placer a ambos, gimiendo cada uno en el oído del otro. Realmente era increíble lo mucho que conectábamos incluso en el sexo, sin ninguna duda jamás había conectado así con nadie, pareciéndome algo de otro planeta.

Pablo salió de la ducha, cogió una toalla grande y la abrió invitándome a salir para secarme con la misma. Colocó la toalla por mi espalda y se acercó a mi cuerpo para poder tapar también el suyo con ella, quedando totalmente abrazados. Le miré sonriendo, aún respirando con dificultad tras aquellos minutos de amor desenfrenado, y él dio un tierno beso en la punta de mi nariz. Ni siquiera necesitábamos hablar para saber lo que ambos sentíamos: puro amor.

Después de estar un rato allí y al recordar que mi madre podría aparecer en cualquier momento, salí hacia mi habitación para vestirme dejando a Pablo con la toalla y menos mal que lo hicimos, pues en poco más de cinco minutos oímos la puerta cerrarse y como mi madre gritaba al entrar, saludando.

Aquellos días en Barcelona fueron básicamente perfectos a su lado. Hacíamos salidas a los sitios más emblemáticos de la ciudad, fuimos al parque de atracciones, a pasear por la Barceloneta en varias ocasiones e incluso salimos uno de los días de fiesta los dos solos, simplemente para disfrutar el uno del otro y para bailar juntos dejándonos llevar. Por desgracia, después de haber pasado quizás los mejores días de mi vida a su lado, los cuales estuvieron llenos de risas, abrazos, miradas, complicidad y sobretodo mucho amor, llegó el sábado y Pablo debía coger el AVE a Madrid. Le acompañé hasta la Estació de Sants y allí, sin importar quien estuviese o dejase de estar, nos fundimos en un abrazo y un beso que suplicaban no separarse:

- En seis días estaré aquí- me hizo saber él besando mi cabeza.

- Aún no me has explicado qué tienes pensado para entonces- le recordé.

Durante todos los días que pasó en Barcelona le pregunté en varias ocasiones qué era lo que tenía pensado para cuando volviese el día veintiséis, pues me había dejado claro desde el primer momento que se trataba de una sorpresa, pero aquel chico era capaz de cerrarse como una caja hermética y ni siquiera quiso darme ni una pequeña pista, lo que en el fondo me desquició un poco. No es que no me gustasen las sorpresas, pero solo si de verdad eran una sorpresa. Si me anunciaban que iba a recibir una era incapaz de no inquietarme por querer saber de qué se trataba y odiaba que no me lo dijesen, pero al menos me alegraba de que mis pequeños berrinches hubiesen hecho reír a Pablo de la manera en que lo hizo cada vez que le preguntaba sobre la maldita sorpresa y comenzábamos una conversación sin sentido ni salida:

- No pienso explicártelo- dijo él entre risas- Una sorpresa es una sorpresa.

- ¡Exacto! Y no se anuncia que va a haber una, porque si no deja de ser una sorpresa para ser una tortura mental- afirmé haciéndome la molesta provocando la carcajada de Pablo.

Por el megáfono, escuchamos que el tren de Pablo saldría en diez minutos y aún tenía que bajar al anden y pasar por el control de seguridad:

- Tengo que irme, preciosa- dijo él- Te llamaré en cuanto llegue ¿vale?

- Vale

Dio un último beso en mis labios y acarició con ternura mi mejilla:

- Te veo pronto. Te quiero.

- Y-y yo a ti- le respondí poniéndome nerviosa.

A pesar de que ya me había dicho en varias ocasiones durante aquellos días que me quería, seguía sin poder creerme que realmente sintiese eso por mí y no acababa de acostumbrarme a que aquellas palabras saliesen de sus labios, aun amando cada vez que las pronunciaba. Le quería, como nunca había querido a nadie, de eso estaba segura.

______________

Nuevo capítulo! Sé que corto, pero no tengo tiempo de subir más. Perdonad, mañana estoy todo el día fuera entre el trabajo y el master pero si encuentro algún hueco subo otro capítulo más largo. Tengo curiosidad por conoceros un poquito más y me encantaría saber qué estudiáis o a qué os dedicáis :) 

PREGUNTAS:

1. ¿Qué os ha parecido el momento ducha?

2. ¿Cómo creéis que llevarán la distancia, pese a ser solo 6 días?

3. ¿Qué sorpresa creéis que tiene en mente Pablo para Henar?

Un abrazo!! <3

Bajo el cielo de París [Pablo Alborán] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora