Bajo el cielo de París [Pablo Alborán] COMPLETA

22. ¿Celebrando?

Durante el trayecto al restaurante, en el que Pablo me dijo que los demás ya estarían allí, no hablamos demasiado y le noté a algo disperso, pero al verle tan concentrado en la carretera no quise interrumpir demasiado sus silencios. El restaurante al que fuimos era precioso, de comida mediterránea, y tenía pinta de ser bastante caro y, a pesar de que mi hermano se había empeñado en invitarme a todo aquella noche, me sabía mal de todos modos. 

La cena estaba exquisita, disfruté de la comida y de la compañía. Como siempre, estar con ellos era pura diversión y sinónimo de pasar muy buenos momentos, pero no pude obviar que Pablo intervino en muy pocas ocasiones, que se le veía verdaderamente preocupado y pensativo y no dejaba de desviar su mirada cada vez que se cruzaba con la mía. No sabía qué podía pasarle y me preocupaba que fuese por mí, así que decidí aprovechar cuando se levantó para ir al baño para poder hablar con él con tranquilidad. Para mi sorpresa, no se dirigió al baño si no que fue hacia una de las puertas traseras del restaurante que daban a una pequeña zona de jardín en la que no había casi nadie, solo un par de grupos de gente tomando algo. Vi como Pablo cogía el móvil y como su pantalla se iluminaba, adivinando que estaba recibiendo una llamada. Resopló, se frotó el pelo con actitud preocupada y descolgó el teléfono a pocos metros de mí:

- ¿Qué?- le oí decir con algo de molestia- No puedes hacerme esto- siguió. Parecía estar discutiendo- ¡Sí, sí que lo he visto y no quiero que ella se vea involucrada en todo esto!- siguió.

Hubo un largo silencio y algo me decía que aquello iba sobre mí:

- Sé quién ha sido, claro que lo sé.- siguió- Pero tampoco entiendo como esto puede...- se calló.

Empezó a moverse de un lado a otro, nervioso, intentando hablar pero al parecer la persona que estaba al otro lado no le dejaba:

- Me niego a reducirme a eso. ¡Quiero poder hacer mi vida, también!- se quejó alzando la voz y provocando que algunas personas le mirasen, a lo que él se disculpó con un gesto.

Otro silencio se apoderó de él y esta vez mientras se frotaba la cabeza y miraba al suelo con tristeza pareció resignarse:

- Lo sé...- dijo él- Pero no puedo aceptarlo.- dijo antes de colgar.

Antes de que se diera la vuelta para volver, me alejé de allí a paso rápido hacia el baño para evitar que supiese que había escuchado su conversación. Por suerte, Pablo se quedó unos segundos más en aquel jardín, pensando, y pude llegar al baño sin que me viese. Sin saber ni siquiera de qué estaba hablando una sensación horrible se apoderó de mí por haberle visto tan angustiado. Saqué mi teléfono móvil para mirar qué hora era y calcular un poco los minutos que debía estar en el baño pese a tener claro que después intentaría hablar con él para ver qué le pasaba. En la pantalla de mi teléfono vi varios mensajes de Carol, de hacía una media hora, y también una llamada, así que desbloqueé el teléfono y entré al Whatsapp para leer sus mensajes:

Tía, ¿qué es esto?

¿Por qué no me lo has contado?

¡Se está liando en redes!

Me dijo todo aquello junto a la copia de un enlace y el corazón se me heló cuando vi el titular de la noticia a la que este daba acceso:

"Pablo Alborán y una misteriosa chica se besan en plena calle de París. ¿Habrá encontrado el artista a su anhelado verdadero amor?"

No podía creer aquello. Era una foto de los dos de el día que salimos del Club Silencio y nos besamos por primera vez. Leí por encima y en ningún momento se decía mi nombre, pero en la fotografía, por poco que se me conociese, se podía saber que era yo. Se contaba que Pablo había estado en aquella fiesta privada y que se fue antes de lo previsto de la mano de una chica, es decir, de mí y aunque el artículo tampoco citaba a la fuente era obvio que aquello lo había hecho Jackie. ¿Quién si no? Por suerte no se criticaba a Pablo en ningún momento del artículo y solo se informaba de que había sido pillado besando a "una misteriosa chica", pero el corazón se me rompió cuando vi que un montón de gente había comentado la noticia, algunas fans desilusionadas con aquello, otras insultándome a mí sin siquiera conocerme y otras, aunque las que menos, parecían alegrarse por Pablo.