La comida de San Esteban fue como la seda y cada vez veía más complicidad entre Pablo y mis padres. Eso era bueno y me encantaba, pero no podía dejar de pensar en que quizás no muy tardando debería conocer yo a sus padres y la sola idea de no llevarme bien con ellos me aterraba ¿y si pensaban que estaba con él por su fama? ¿y si no me veían lo suficiente adecuada para Pablo?:
- Nosotros iremos un rato a tomar café a casa de Tina- dijo mi madre al acabar de recoger refiriéndose a una vecina.
- Yo también he quedado- informó mi hermano.
- Si no os molesta, me gustaría poder dormir un poco- dijo Pablo- El avión ha salido muy temprano y estoy cansado.
- Claro.- dijo mi padre- Hemos preparado la habitación de invitados para ti- siguió insistiendo en qué habitación debía dormir.
Pablo y yo nos miramos con sonrisas cómplices y me alegré de que mi padre no se diera cuenta de las mismas o al menos no quisiese preguntar. Cuando Pablo estuvo en mi casa la semana anterior, dormimos todos los días juntos y era yo la que iba a su habitación, poniéndome el despertador antes de las seis de la mañana para despertarme antes que mi padre para volver a mi habitación. Mis padres se fueron en cuanto nos levantamos de la mesa y mi hermano subió al segundo piso junto a nosotros para cambiarse de ropa:
- No me importa si hacéis la siesta juntos- dijo él- Pero no quiero escuchar ni un ruido raro mientras yo esté en casa- siguió.
- ¡David!- grité sonrojada a más no poder.
- ¿Qué? No soy tonto. Pero tampoco lo seáis vosotros.
Pablo se rio sin cesar y el comportamiento de aquellos dos consiguió acelerarme el corazón y convertir mi cara en un auténtico tomate:
- Tu familia es estupenda- dijo Pablo mientras se quitaba los zapatos ya sentado en la cama.
- Te llevas demasiado bien con ellos- le dije.
- ¿No te gusta eso?
- Me encanta, pero me pones difícil el nivel con el que deberé hacerlo yo con la tuya.
- Deja de preocuparte por eso.- dijo él mientras nos tumbábamos, abrazados- Se enamorarían de ti tal y como lo hice yo en cuanto te viesen. Seguro que se te pondrían las mejillas bien rojas y eso les enternecería.
- ¡Oye!- le reñí sintiéndome avergonzada pegando un suave golpe en su pecho y haciéndole reír.
- ¿Sabes? La sorpresa tiene mucho que ver con eso. - dijo tras algunos minutos en silencio.
- ¿Con qué?- pregunté asustada.
Pablo se sentó en la cama pareciendo impaciente y emocionado:
- Tú sorpresa, ¿quieres que te la revele?
- Estás tardando- le ordené sentándome también.
- Esta noche no dormiremos aquí.
- ¿Qué? ¿Y dónde vamos a hacerlo?
- En un hotel.
- Genial- dije emocionada.
- Y eso no es todo, mañana tampoco estaremos aquí.
Me temí lo peor y comencé a atar cabos. No podía ser. No estaba preparada:
- No me digas que...- comencé notando un extraño frío por mi nuca.
- ¡Sí!- gritó él emocionado- Te vendrás a pasar estos últimos días del año conmigo a Málaga y estaremos allí en fin de año.
Justo al acabar de decir eso me cogió de la cintura y me tumbó en la cama rodeándome con sus brazos y aprisionándome con su cálido cuerpo:
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Bajo el cielo de París [Pablo Alborán] COMPLETA
FanfictionLa música en común Dos mundos opuestos Una conexión de otro planeta Henar, una joven estudiante del Conservatoire de música de París, va a ver como su sueño de graduarse como músico peligra por una grave lesión. En medio de todo ese caos, se encuent...