Parte 2

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Parte 2

Las galaxias y estrellas rodeaban todo a mi vista.

Estaban tan lejos y cerca de mí. Tenía la sensación de que podía tocarlas, pero al intentarlo estas desaparecían a mi tacto al igual que un espejismo.

*Llanto*

En medio de este espacio cósmico podía escuchar un llanto, uno que provenía desde lo más profundo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, ni porque estaba en este lugar.

El tiempo no parecía correr, como si estuviera congelado. Los mundos, y las estrellas perecían inmóviles, como si todo estuviera muerto.

Esa era la sensación que daba este lugar, uno frio y muerto. Al igual que un cadáver, solo que este aún no estaba descompuesto, como si acabara de morir.

El llanto aun sonaba dentro de mis oídos. Era uno lleno de ansiedad y miedo, como si se encontrara perdido en medio de un bosque, solo en la oscuridad de la noche, completamente abandonado.

Comencé a caminar hacia el lugar de donde originaba este llanto, al principio era poco entendible de a que o quien pertenecía. Mientras me dirigía hacia su origen, este comenzó a ser más claro.

Pero seguía siendo irreconocible. No supe cuánto tiempo pasaba, si eran horas, días, semanas o años.

Mi mente se perdía, ya que no tenía como saber cuánto tiempo paso.

Era como una eternidad de peregrinación. Como no me cansaba, seguí caminando hasta encontrar el origen de aquel llanto.

A medida que avanzaba comencé a ver algo a parte de los mundos y estrellas.

Al principio no pude verlas muy bien ya que aún se encontraban muy lejos, por lo que seguí avanzando sin detenerme en lo más mínimo.

Tras un tiempo el cual ni yo mismo se, al fin pude lograr visualizar aquello que no era un mundo ni una estrella, eran enormes cadenas que se dirigían hacia un punto en el espacio cósmico y ese punto era donde aquel llanto emergía.

*Llanto*

No sabia si ambos estaban relacionados, pero sin importar la razón seguí moviéndome.

Cada vez que avanzaba las cadenas aumentaban aun mas, al principio era una sola, luego dos, tres, hasta llegar a cientos de ellas, cubriendo todo el espacio cósmico.

Las cadenas eran negras y otras rojas como la sangre. Algunas brillaban como el oro, y otras eran normales como el acero y el metal. Había todo tipo de ellas.

Pero su única similitud, es que todos se centraban en un solo punto, y este era el origen de ese llanto.

Seguí moviéndome, hasta que aquel llanto comenzó a ser más claro, la sensación que me daba era una de nostalgia, una extraña. Como si conociera quien lloraba.

Tras caminar por mucho tiempo al fin llegue al origen de todo, frente mío se encontraba una enorme esfera de cadenas del tamaño de un mundo.

En este mundo de cadenas había pequeños espacios, a pesar de ser pequeños eran tan grandes como una ciudad, de las cual tanto el llanto como una profunda luz plateada emergía.

Ingresando por ese espacio, me sumergí al espacio de luz dentro de este mundo de cadenas.

Dentro era tan brillante como el sol, pero no me lastimaba los ojos en lo más mínimo.

En este mundo interior de luz, comencé a seguir el origen del llanto.

Cuando finalmente llegue al origen, lo único que pude ver era una pequeña esfera de cristal del tamaño de una pequeña casa, toda la luz provenía de ella.

La dominación de los LordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora