Parte 3

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En respuesta al ataque de Noches, los elementales resoplaron interiormente llenos de desprecio.

No veían a la otra parte como un oponente en lo más mínimo.

Esto se debía a que ellos eran más fuertes, incluso si se enfrentaran contra Noches de manera individual, la victoria seria segura. Aunque debían pagar un precio para ello.

Pero considerando su número, y sobre todo que un general los acompañaba, Noches no clasifico como un enemigo importante al cual ponerle mucha importancia.

Pero independientemente de las cosas anteriores, ya sea si Noches fuera más fuerte o débil, no cambiaría el pensamiento ni las acciones de los elementales, el cual era exterminarlo al igual que toda vida que se opusiera a ellos y su Lord, incluso si tuvieran que sacrificarse a sí mismos para infligirle una pequeña herida.

No escatimarían sus fuerzas y lo darían todo con el fin de aniquilarlo.

Por ello no dudaron en ir a por todas.

En un instante, un mar de llamas se elevó hasta los cielos. La temperatura en el aire rápidamente se elevó haciendo que cada mota de humedad en ella desapareciera en un mero instante.

Debido al cambio de temperatura repentino, poderosos vientos comenzaron a formarse a medida que alimentaban el mar de llamas volviéndolo aún más salvaje a la vez que su tamaño iba en un constante aumento.

En tan solo unos segundos alcanzo los 200 metros de altura, y desde que emergió no detuvo su avance en su dirección a Noches y el pueblo bárbaro.

Al ver el mar de llamas acercándose hacia él, Noches libero toda el aura de su cuerpo generando una poderosa oleada de energía.

Esta oleada de energía se dirigió a gran velocidad contra el mar de llamas, y al momento en el que se encontraron, el sonido de una explosión dio por resultado.

*BUUM*

El mar de llamas se sacudió por un breve segundo tras el impacto, pero esta no se detuvo. Tanto el ataque de Noches como la misma explosión y el sonido generado por esta fueron tragados por las llamas sin posibilidades de resistir.

Noches no se sorprendió por esto, en cambio comenzó a liberar energía de su cuerpo formando dos clones de sí mismo, los cuales tan pronto se terminaron se movieron a toda velocidad hacia las llamas.

Ambos clones de Noches abrieron su boca y desde el interior de estos un pequeño torbellino apareció, de los cuales, una poderosa fuerza de succión emergió en dirección del mar de llamas.

Como si se tratase de un decreto imperial, las llamas temblaron antes de precipitarse hacia los torbellinos sin que tuvieran posibilidades de resistirse.

Al ver como su ataque estaba siendo devorado, los elementales mostraron un rastro de sorpresa, pero este rápidamente desapareció y fue cambiado por la burla.

¿Cómo podían simplemente limitarse a ver lo que sucedía sin hacer nada?

En el mismo instante que el mar de llamas comenzó a ser tragado, otro de los elementales agito su cuerpo, una extremidad parecida a un brazo se formó y de este un par de cadenas hechas re rayos surgieron en dirección de los clones.

Estas fueron muy rápidas, mucho más que el mar de llamas. En parpadeo llegaron hacia los clones y se aferraron alrededor de estos en un intento de apresar sus movimientos.

Pero contrario a sus expectativas, las cadenas de rayos comenzaron a ser absorbidas por los cuerpos de ambos clones.

Esto sin duda fue inesperado, pero los elementales no mostraron cambio alguno y siguieron avanzado mientras desataban más ataques.

La dominación de los LordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora